España define su posición: cumplir los objetivos climáticos de París, pero no a cualquier precio

Nadal mantiene que en estos momentos todas las energías que componen el «mix» de generación (hidráulica, nuclear, renovables, carbón y gas natural) son imprescindibles, por lo que se opone al cierre indiscriminado de centrales eléctricas.

En este sentido, el ministro dijo el pasado miércoles en el Congreso que si no hubiera carbón este invierno, con ausencia de lluvias y de viento, el recibo de la luz podría encarecerse un 15% debido a la necesidad de utilizar en mayor medida las centrales de ciclo combinado de gas natural, cuya generación eléctrica es más cara.

Tanto este ministerio como el de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente destacan que trabajan en una planificación energética integral.

El departamento de García Tejerina añade que está comprometido con el Acuerdo de París y con su cumplimiento. «Hablamos de objetivos de reducción drástica de emisiones de partículas contaminantes a 2030, y de práctica supresión en 2050 . En este sentido, no es incompatible asegurar el suministro eléctrico de los próximos años, y a un precio razonable, con el proceso paulatino de descarbonización de nuestra economía, del que estamos convencidos como Gobierno de España en pleno.

Lo que está claro es que de momento en el seno del Gobierno se están imponiendo las tesis de Nadal, ministro con bastante peso en el Ejecutivo y que fue responsable de la Oficina Económica de Moncloa. Y lo que tiene claro es que no va a permitir el cierre de las centrales de carbón a corto plazo para no crear un grave problema en las cuencas mineras que le reste votos al PP en las próximas elecciones municipales y autómicas de 2019.

Por eso, confía en que la eliminación de las ayudas estatales a la producción a partir de 2019 -pactadas en 2013 con sindicatos y empresas- haga una primera criba de las instalaciones menos rentables.