El entierro, mejor a plazos

El sector funerario no escapa de la crisis. Un entierro cuesta de media 3.700 euros y no todo el mundo cuenta con la liquidez suficiente para hacer frente a este pago sin que sus finanzas se resientan. El Grupo Mémora , que ocupa el 50% del mercado funerario en Cataluña y el 15% en España, puso en marcha en 2010 un servicio de «facilidades de pago», que ha experimentado un «incremento significativo» en el último año, «especialmente desde septiembre, con la subida del IVA», que ha encarecido el servicio funerario entre 300 y 500 euros, explica a ABC el director general de este grupo empresarial, Eduard Vidal.

Así, de los 380.000 euros que financiaron en 2010 han pasado a casi dos millones de euros en 2012, por el incremento del 40% en el número de familias que se acogen a esta modalidad de pago, por la que ya optan el 3% de las que no cuentan con un seguro de decesos. Desde la empresa funeraria Funespaña confirman que hay gente que opta por el pago a plazos, pero, de momento, «siguen siendo una minoría», matiza su director general, José Vicente Aparicio.

En lo que coinciden ambas empresas es que en España, la mayor parte de la población que fallece cuenta con un seguro de decesos, que es otra manera de «pagar a plazos», pero por adelantado, el entierro, ya que implica el cobro de una cuota mensual para que el día del fallecimiento la familia solo tenga que hacer una llamada y la compañía aseguradora se encargue de todo.

Una modalidad que, aunque nos suene a cosas de abuelos, sigue teniendo mucho éxito en España. En 2011, 19.441.344 personas estaban cubiertas por un seguro de decesos, lo que supuso un incremento de casi el 1% en el número de pólizas respecto a 2010, según datos de ICEA . «La franja de población donde más gente hay asegurada es entre los 30 y los 55 años», señalan desde la Asociación Empresarial del Seguro Unespa , donde consideran que con la crisis es «más necesario» tener cubierto ese riesgo ante la dificultad de algunas familias para afrontar un gasto inesperado.

«La crisis en el sector se nota muchísimo y el incremento del IVA del 8 al 21% tiene un impacto enorme sobre la tarifa de un servicio funerario en cualquier parte del país», asegura Mercé Corbera, presidenta de la Asociación de Funerarias y Cementerios Municipales (AFCM). La también consejera delegada de la Sociedad Municipal de Servicios Funerarios de Terrassa afirma que la situación económica de muchas familias hace que se reduzcan algunos gastos, disminuyendo el número de coronas u optando por féretros de menos calidad.

En Mémora también han detectado que las familias prescinden del transporte cuando incineran y prefieren llevar las cenizas ellos mismos. En cualquier caso, Corbera asegura que ajustando el presupuesto se puede hacer un entierro, que incluya traslado de cuerpo, féretro, tanatorio, ceremonia e inhumación, por 1.500 euros «con mucha dignidad».