Hazte premium Hazte premium

Santiago Martín

El ejemplo de Merkel

Santiago Martín

La semana pasada, el Papa recibió una visita relevante en el Vaticano. Una vez más, la canciller alemana, Angela Merkel , fue recibida por el Pontífice y las fotos dan prueba de la gran cordialidad existente entre ambos. El comunicado oficial dice que ambos mostraron su acuerdo a la hora de defender un mundo sin muros y que se esfuerce en proteger el medio ambiente (sin decirlo, era una crítica a Trump) y también en su apoyo a África (para contener la llegada masiva de emigrantes a Europa). Estoy seguro de que hablaron también de otras cosas, pero con éstas ya nos da una idea de por dónde van los intereses comunes de la Unión Europea y de la Iglesia católica. Pero si este encuentro diplomático ha pasado casi desapercibido, más aún lo han sido las declaraciones que la canciller alemana ha hecho sobre qué habría que hacer para resolver la grave crisis que vive el continente con el terrorismo islámico.

La señora Merkel, hija de un pastor protestante , ha vuelto a recordar que la solución para los europeos pasa por volver a sus raíces cristianas. Es necesario, según ella, volver a la Palabra de Dios (no en vano, es luterana) pero también a la práctica religiosa, a participar en la Eucaristía o en la liturgia dominical evangélica. Y eso lo dice cuando la campaña electoral en la que se juega el puesto está encima. Es decir, lo pide sabiendo que podría desatar las iras de los secularistas más rabiosos. Sin embargo, en Alemania nadie la ha criticado, entre otras cosas porque, probablemente, aunque no vayan al culto cristiano respectivo, todos están convencidos de que el islamismo radical no se puede vencer únicamente con controles policiales.

Merkel tiene razón y hablar así de claro es lo que demuestra su temple y su valía como líder político. Pero, ¿qué hubiera sucedido si alguno de sus colegas españoles se hubiera atrevido a decir algo semejante? Se lo habrían comido vivo. España no está tan secularizada como Alemania, en el sentido de que aquí va más gente a misa que allí, pero sin embargo el ambiente de agresividad contra la Iglesia es peor. ¿Es culpa sólo de los políticos o también de los laicos que se avergüenzan de su fe?

Santiago MartínSantiago Martín

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación