Con las cosas de la fe no se juega

La fiscal Ekaterina Kalínina ha pedido para él la pena de tres años y medio de prisión . Los hechos constitutivos del supuesto delito se remontan a agosto del año pasado, cuando Sokolovski filmó su cacería de pokémon dentro de la iglesia y colgó la grabación en su cuenta de Youtube. Criticaba al canal de televisión «Rossía-24» por advertir que jugar al Pokémon Go en un templo podría acarrear consecuencias penales.

«¿A quién puede uno ofender por moverse dentro de una iglesia con un teléfono inteligente?», se ha preguntado. S e le veía junto al altar, ante los iconos, improvisando una oración manifiestamente blasfema al estilo de las Pussy Riot y hasta en medio de los asistentes a una misa.

El vídeo fue visionado enseguida por más de 500.000 usuarios , pero, a los pocos días, el 2 de septiembre de 2016, el joven fue detenido por la Policía. Fue acusado de «extremismo» y de atentar contra el «sentimiento religioso» de los creyentes. Después se añadió el cargo de «incitación al odio».

Dos de las componentes del grupo Pussy Riot fueron excarceladas en diciembre de 2013 tras pasar casi dos años en prisión por organizar un concierto de rock en el mismo altar de la Catedral de Cristo Salvador de Moscú. «Libéranos de Putin» , decían en sus irreverentes plegarias a la Virgen. Ahora el que puede correr la misma o peor suerte es Sokolosvki.

Durante la vista del juicio, el bloguero ha afirmado estar «sorprendido» de la dureza con la que la Fiscalía pretende castigarle. «No he atentado contra los derechos y la libertad religiosa de nadie por la sencilla razón de que no he impedido a nadie profesar su fe ni he actuado con violencia», ha asegurado ante el juez.

La fiscal ni siquiera ha tenido en cuenta como atenuantes la ausencia de antecedentes penales y el hecho de que su madre esté enferma. «¿Quién se encargará de ella si yo voy a la cárcel?» , ha implorado al Tribunal. El veredicto se espera para el 11 de mayo.

El presidente Vladímir Putin promulgó en junio de 2013 una ley para evitar las «ofensas contra el sentimiento religioso» . Contempla multas, trabajos obligatorios para la comunidad y penas máximas de tres años de cárcel en casos excepcionales, por lo que nadie entiende por qué razón se pide para Sokolovski tres años y medio sin haber habido violencia de por medio ni tampoco ningún acto de vandalismo. Amnistía Internacional y los partidos de oposición rusos hace tiempo que exigieron su liberación inmediata.