¿Quién teme a la viruela del simio?

Los virus de la viruela se enmarcan en el grupo llamado Poxvirus, los más complejos que existen, casi los únicos que se pueden observar con el microscopio óptico (0,3 micras). Su gran tamaño es indicativo de que la envergadura de su genoma es diez veces mayor que el del Covid. Hasta ahora la preferencia del virus es infectar primates no humanos, así como roedores, ardillas, perro de praderas. Pero está claro que el virus puede dar el salto e infectarnos. No nos costa que este salto del animal al hombre (zoonótico) haya supuesto un cambio adaptativo para hacerse más contagioso y agresivo. Pero hay que dilucidar esta cuestión.

Es la hora de demandar una actuación enérgica de los sistemas de salud, en España y en los países occidentales donde se suceden los casos con gran celeridad. No debe ser muy difícil confirmar los padecimientos de esta forma de viruela y desde ahí establecer el origen de los contagios. Lo más probable es que alguien llegado del África Central sea el primer eslabón. Pero hay que identificar los focos desde los que se ha extendido, aunque sean de intensas prácticas sexuales. Son los afectados quienes lo transmiten, por vía respiratoria o por contacto con los objetos que manejan. Quienes fuimos vacunados frente a la viruela humana -los mayores de cuarenta y dos- tenemos alguna protección. Los recursos terapéuticos son escasos. La palabra clave es prevención, lo que conlleva cuarentena para afectados y sospechosos.