Cataluña contará las horas de recreo para cumplir con el 25% de castellano

La que fuera consejera de Educación con CiU entre 2010 y 2016, Irene Rigau, está detrás de la intentona de reformar la Ley de Política Lingüística con el fin de dar forma a la estratagema nacionalista. Hace unos días, en un diario regional, señalaba el camino. No hay que impartir una asignatura en español, ni dar un solo minuto de esta lengua en Infantil. Lo que hay que hacer es computar las horas que los alumnos utilizan «materiales» en español. «Hemos de hacer una disposición (en la ley autonómica) que diga que solo se aplicará (el 25 por ciento) cuando haya dominio oral del catalán », añadía en declaraciones al 'Ara'.

Rigau, que ha coordinado de alguna manera la iniciativa legislativa que incluye al PSC y los comunes y de la que Junts se ha desmarcado, finalmente, sabe lo que es dilatar en el tiempo una decisión de los tribunales hasta el punto de pensar que los ha engañado. Poco antes de su mandato como consejera se dio a conocer la sentencia del Tribunal Constitucional 31/2010 sobre el Estatuto de Autonomía. Aunque este fallo, respecto al régimen lingüístico en las aulas catalanas, reitera lo manifestado por el Alto Tribunal en 1994, es cierto: marcó un antes y un después.

Desde entonces, no hay tribunal que no sea claro y conciso y no haga referencia a la sentencia 31/2010: el sistema lingüístico aplicable no puede ser el de la inmersión , si este consiste en que el cien por cien de la asignaturas se imparten en catalán. El legislador autonómico catalán, al apostar por no separar a los niños por lengua -la doble vía que se aplica en el País Vasco, por ejemplo-, apostó, señalan los jueces, por el bilingüismo o conjunción lingüística. Y este sistema afecta a las dos lenguas oficiales.

De aquellos lodos, estos barros. La última batalla nacionalista contra el TSJC -la aplicación forzosa del 25 por ciento- no es más que la escenificación de una orden judicial no acatada. Y ahora la Generalitat, a través de los partidos en el Parlamento catalán, el Consejo Lingüístico Asesor -creado 'ad hoc'- y el Síndic de Greuges , como puntas de lanza, tratan de impedir el cumplimiento de una resolución de los tribunales. Una vez más.

En este sentido, no parece importarle a la Generalitat, por ejemplo, que el porcentaje de uso de español -más allá de la materia estrictamente lingüística- fijado por el TSJC -tras reiterados incumplimientos previos para que la Consejería de Educación lo fijara y ante la imposibilidad de que esta administración demostrara que aplicaba el bilingüismo, como decía en los procesos judiciales- se concreta en impartir una de las materias troncales , al menos, en cada una de las lenguas oficiales de Cataluña. No computa, como parece lógico, la lengua en la que hablen los niños en el patio, en el comedor o en las extraescolares.

Pero la estrategia será esa y así han empezado a difundirlo. Lo dijo, solemnemente, Josep Gonzàlez-Cambray, consejero de Educación, a las puertas del edificio de la Consejería tras la última interlocutoria del TSJC: «El año que viene habrá más horas de catalán en las escuelas». Y lo repitió, casi literalmente, la portavoz de la Generalitat, Patrícia Plaja. Justo lo contrario de lo que ordena el TSJC. Para la Generalitat ya se hace más del 25 por ciento de español en los colegios. Demasiado, además, según Gonzàlez-Cambray y Plaja. Es más, hay que corregir el exceso para dejarlo en el 25 por ciento. Más catalán y menos español.

Las cifras, para defender este artificio, las aporta Rafael Ribó, el Síndic de Greuges, que siempre que puede sale al rescate de la Generalitat en lugar de defender a los ciudadanos que acuden a los tribunales y ganan las sentencias. Para Ribó, los centros educativos son un todo, que se ha de evaluar holísticamente, y, por lo tanto, en base a un muestreo realizado en diversos colegios seleccionados -y estableciendo un cómputo sui géneris para este caso-, los niños de Primaria utilizan el español (comedor, patio...) un 33,1 por ciento del tiempo en el que están en la escuela. Excesivo.

Carme Junyent, presidenta del Consejo Lingüístico Asesor, a quien corresponde la frase con la que arranca este texto, explicó en 'Vilaweb' la estratagema: « No dejar perder ningún ámbito de uso espontáneo : el comedor, el patio... Es mucho más importante el uso espontáneo que no el uso escrito».