Los beneficios de vacunar a embarazadas superan a los riesgos

Incluso la propia comadrona o el 061 le han dado distintas respuestas al respecto. A Noemí Martín , de 38 años, le ocurre algo similar, aunque ella lleva meses con la duda. «Al ser docente, me citaron para la vacuna hace tiempo, en febrero. No lo tenía claro, no quería AstraZeneca y lo dejé pasar. Más adelante pregunté al ginecólogo y me dijo que esperara dos meses a intentar quedarme embarazada si me vacunaba. Mientras acababa de decidir qué hacer, me quedé encinta. Ahora, sigo sin vacunar y con las mismas incógnitas». A ella, la recomendación de no vacunarse le ha convencido más que el hecho de que pueda inmunizar a su bebé, de momento, pero la quinta ola del Covid en Cataluña provoca que esté alerta. «Tengo miedo, estoy dejando de ir a comidas de trabajo o al pádel, por ejemplo. Ojalá me dijeran qué es lo mejor», comenta.

Como ellas, muchas mujeres lamentan la falta de consenso en torno a algo tan importante en tiempos del Covid, la ansiada vacuna, y en un colectivo tan sensible como es el de las gestantes. Parte de ello se debe al escaso número de estudios existentes sobre los sueros en las mujeres embarazadas. Con todo, las últimas actualizaciones de protocolos en España, incluso la del Ministerio de Sanidad, apuntan a una línea muy clara: aconsejar la inmunización a gestantes cuando les corresponda como grupo de edad.

Por ejemplo, BCNatal, el centro maternofetal impulsado por los hospitales Clínic y Sant Joan de Déu de Barcelona, contempla que la vacuna Covid « se debe ofrecer a las embarazadas igual que al resto de la población, ya que los beneficios de su administración muy probablemente superen los riesgos de padecer la infección». Los expertos coinciden en que es especialmente importante administrar la vacuna a las gestantes con comorbilidades o a las que tienen un mayor riesgo de exposición por su trabajo.

«Las vacunas en sí no están contraindicadas durante un embarazo porque son seguras, pero no tenemos ningún estudio específico en base a gestantes», destaca a ABC Anna Suy, jefa del servicio de Obstetricia en el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona. La experta hace mención al registro de vigilancia epidemiológica v-safe, realizado en EE.UU. y que cuenta con datos de casi 4.000 gestantes, de las que 800 han dado a luz sin alteraciones por la vacuna. «El estudio tiene valor científico porque es el primero, pero no por el número de casos estudiados», incide.

El Vall d’Hebron participa en la tercera fase de una investigación junto a centros de otros siete países sobre la reacción de Pfizer en embarazadas cuyos resultados se prevén más fiables por la muestra. Mientras no lleguen, Suy considera que no existen «estudios suficientes para que te vacunes de forma segura». «Una mujer siempre tiene que decidir en el embarazo, con las vacunas y todo lo demás. Y si no, es que su médico lo está haciendo mal» , responde a las mujeres que tienen reservas.

Entre los aspectos que sí tienen claros los sanitarios está el hecho de optar por las vacunas con ARN mensajero (Pfizer y Moderna) y rechazar las que tienen un vector viral (AstraZeneca o Janssen), ya que estas últimas tienen más riesgo de provocar trombos. «Se está viendo que Pfizer y Moderna no provocan ningún efecto adverso diferente que en la población general y que no pueden perjudicar al feto. Al contrario, tiene la ventaja de que puede pasar los anticuerpos de la madre al feto y protegerlo », remarca a ABC Lola Gómez, jefa del servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Sant Joan de Déu. Este aspecto, sin embargo, está suponiendo un problema para las madres de regiones en las que no se conoce (y decide) previamente qué vacuna se administra, como es el caso de la Comunidad de Madrid. Cuando la mujer se sienta a ser inyectada, entonces conoce el preparado.

En lo que también hay unanimidad entre los especialistas es en el tiempo: el segundo trimestre es el más adecuado para la administración por razones de seguridad. El primer trimestre es crucial para el desarrollo del bebé y el tercero, el que más riesgo entraña por posibles efectos, que podrían desencadenar en un parto prematuro.

Desde el centro Sant Joan de Déu recuerdan que el 85% de las embarazadas que pasan Covid lo hacen de manera asintomática y un 10% sufre un cuadro grave. El 4% de las contagiadas graves, además, acaban con neumonías que requieren cuidados intensivos, y en muchas ocasiones, la intubación. Estas complicaciones ocurren especialmente en el tercer trimestre y se están dando más partos prematuros, básicamente para asegurar el bienestar de madre e hijo. De aquí la recomendación de llegar ya protegidas, si es posible, a la recta final del embarazo. «En el segundo trimestre los anticuerpos ya pueden pasar al bebé y además hay tiempo de sobra para recibir las dos dosis», incide Gómez, que sentencia que «lo más importante es que la mujer se informe bien antes y decida».