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«Es muy simbólico que el Papa Francisco visite Cuba y EE.UU. en el mismo viaje»

Los misioneros españoles residentes en la isla coinciden en «que es un deseo muy personal del Santo Padre la reconciliación de ambos pueblos»

«Es muy simbólico que el Papa Francisco visite Cuba y EE.UU. en el mismo viaje» abc

laura daniele

La Iglesia en Cuba ha tenido un papel fundamental en el proceso de apertura que vive la isla. Gran parte de ese mérito se ha fraguado a pie de calle en la labor cotidiana de los misioneros . La mayoría, españoles. En total, 141 sacerdotes y religiosas han salido de nuestro país en las últimas décadas para acompañar al pueblo cubano.

Para ellos, la visita del Papa Francisco es «un regalo» y «un aliento» en momentos de mucha incertidumbre para la población. El padre Joan Rovira conoce de primera mano la situación de muchos cubanos. Lleva más de 27 años en la isla trabajando como sacerdote en una parroquia de Santiago de Cuba. A diario este jesuita de 80 años tiene que lidiar con las penurias económicas que sufre la población.

«Es cierto que cada cubano tiene asegurada una cantidad mínima de alimentos a precios módicos, pero a mitad de mes se hace imprescindible tener que comprar comida en los mercados estatales y privados a unos precios demasiado altos. No digamos si aparecen otras necesidades como ropa o calzado. Entonces el problema crece, ya que el sueldo medio es de 350 pesos cubanos mensuales, lo que traducidos a pesos convertibles no llegan a 15, que es lo que puede costar un par de zapatos», apunta.

La Iglesia en Cuba también tiene muchas expectativas con la visita del Papa Francisco, el tercero en menos de 17 años. El padre Rovira explica que la llegada del Santo Padre puede ayudar a «mejorar las relaciones Iglesia-Estado», sobre todo para que el régimen «de más cabida en la sociedad a la acción educadora de la Iglesia».

Desde la llegada del régimen castrista, la Iglesia «no puede ser titular de ninguna escuela y también están prohibidos los albergues para jóvenes» , comenta a ABC la hermana María José Vera, superiora de las Religiosas de María Inmaculada, una congregación integrada por seis hermanas españolas repartidas entre La Habana y la diócesis de Holguín.

«Muy entusiasmados»

En esta zona rural, esta hermana de 63 años oriunda de Málaga se encarga de llevar la única parroquia católica que hay en el barrio donde se encuentra la orden religiosa. Según cuenta, los cubanos «están muy entusiasmados con la llegada del Santo Padre porque es el primer Papa latinoamericano y lo viven con mucho interés» . Aunque son conscientes de que su visita no va a solucionar las grandes dificultades que viven a diario, piensan «que alguna puerta se abrirá».

La misma ilusión se respira en La Habana donde reside el padre Frederic Comalat Clanxet. Este sacerdote catalán de 43 años llegó a la isla en 2009 y concelebrará la misa que el Papa Francisco presidirá el domingo en la Plaza de la Revolución . «Es muy simbólico que el Papa venga a Cuba y Estados Unidos en el mismo viaje. Es un deseo muy personal del Papa de que estos pueblos se reconcilien», señala a ABC el padre Frederic.

Para el sacerdote, «la propia historia del pueblo cubano ha hecho de que no haya cultura política». «La gente no habla de democracia ni de política», apunta el misionero, miembro de la Comunidad de San Egidio. Frente a esta realidad, considera, que la Iglesia «tiene un rol social muy importante». De hecho, en los últimos años «va adquiriendo un papel en la sociedad sobre todo por su labor caritativa y social y la gente la mira con mucho respeto».

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