piojos
«Mamá, me pica la cabeza»
Los piojos hacen su agosto en los campamentos y piscinas. Antes de volver al cole, toca pasar revista a las cabezas
teresa de la cierva
La pesadilla vuelve a empezar con el inicio de las clases. Los Pediculus humanus capitis –nombre real de los piojos – han infectado, o infectarán, la cabeza de nuestros hijos, y de camino, la de algunos padres. Estos indeseables son negros, alargados y ... tienen seis patitas para agarrarse al pelo humano campar a sus anchas por el cuero cabelludo mientras se alimentan de la sangre, unas cinco veces al día. Su saliva es tan corrosiva que causa alergia en el cuero cabelludo, de ahí el picor, que hacen que ni grandes ni pequeños puedan dejar de rascarse. En ocasiones, pueden producirse heridas que aumentan la posibilidad de que aparezcan infecciones y que se produzcan sarpullidos, costras y supuraciones .
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Aunque no vuelan, como piensan algunos, sí que se desplazan por el pelo con rapidez, y el contagio se produce por contacto directo cabeza con cabeza , y excepcionalmente, pueden pasar a través de almohadas, peines o sofás infectados. Una vez llegados, se adhieren al cabello del nuevo huésped, comienzan a depositar liendres e inician una nueva «familia numerosa»... Cada hembra puede poner hasta 70 huevos en una semana. Si no se eliminan enseguida, estos parásitos crecen (se hacen mayores en 21 días) y se multiplican, hasta inundar las azoteas humanas. Su diana suelen ser los niños de entre 5 y 11 años , y tienen debilidad por el sexo femenino. Para colmo, el pelo largo de las niñas facilita el contacto con pelo de otras cabezas, de ahí que se recomiende llevarlo recogido al colegio. ¿Cómo poner fin a esta pesadilla?
Soluciones que matan
Si la solución de rasurar el pelo de sus retoños les parece extrema, toca recurrir a los pediculicidas , o sea productos para exterminar a tan molestos inquilinos. Estas son las claves para acertar.
–Según Esther Jiménez Blasco , dermatóloga el Hospital de Guadalajara y miembro de la AEDV (Academia Española de Dermatología), los productos de primera elección son los insecticidas químicos como las Piretrinas y especialmente la Permetrina . «Aunque ningún tratamiento elimina los piojos al 100% la primera vez, por lo que es clave repetir siempre la sesión entre los 7 y 10 días». El problema de esos químicos es que, aunque se usan de forma puntual, no dejan de ser insecticidas, que pueden irritar el cuero cabelludo.
–Para las pieles sensibles existen preparados de Dimeticona , una silicona que actúa recubriendo al «enemigo» y asfixiándolo. Son la opción más natural porque no es tóxica y no son absorbidos por la piel. Además huelen mejor, estropean menos el pelo y se pueden usar incluso en niños bebés.
–El aceite esencial del árbol del té, el aceite de coco, la vaselina o la mayonesa actúan también asfixiando al piojo pero, según la doctora Jiménez Blasco, parecen tener menor eficacia que los pediculicidas químicos clásicos. «Algunos aceites esenciales pueden ser irritantes si se usan a altas concentraciones, además estas sustancias requieren aplicaciones frecuentes (cada tres días) y resultan difíciles de retirar». En cuanto al vinagre , diluciones de dos partes de agua y una de vinagre sí colaboran en facilitar el desprendimiento de las liendres.
–«Si después de tres aplicaciones de cualquier tratamiento los inquilinos se resisten a abandonarle, cambie de sustancia , porque significa que se han hecho fuertes», recomienda esta especialista. «En casos de invasiones masivas existen alternativas como la Ivermectina o el Cotrimoxazol , que son de prescripción médica».
–Las presentaciones en crema o loción son más eficaces que en champú.
–Todos los tratamientos tienen que complementarse con la retirada de «cadáveres» , con una lendrera . ¿La mejor opción? Según la AEDV, la metálica con púas cilíndricas separadas menos de 0’2mm y punta roma. También existen peines con una luz led con la que se «cargan» los piojos, y estos emiten una fluorescencia que facilita su localización.
–Los productos anti-piojos no se deben usar como preventivos . «Para eso se recomiendan repelentes naturales como la esencia del árbol del té, el aceite de citronella… y otros de origen sintético, aunque no existen suficientes estudios que avalen su eficacia», indica Jiménez Blasco.
–La prevención más eficaz es revisar periódicamente las cabezas menudas con una lendrera. Costumbre que debería instaurarse cada 7-10 días, siendo aconsejable realizarla los viernes para que, en caso de ver parasitación, se pueda tratar durante el fin de semana y volver al colegio libres de infección.
–Si el problema persiste, puede acudir a una peluquería especializadas como Kids & Nits ( kidsandnits.com ), Head Cleaners ( headcleaners.es ) o Joopi Kids ( www.joopikids.es ) que dejan las cabezas libres de pediculosis en una sola sesión de 90 minutos (50€ aprox.). No utilizan pesticidas ni aceites, sino un sistema de aire caliente que deshidrata los piojos, una «aspiradora» que arrastra los posibles restos y lendreras profesionales con lentes de aumento.
–Según la web de Sanitas , para impedir que los piojos vuelvan a aparecer hay que lavar toda la ropa y sábanas del niño con agua muy caliente (50-60 grados centígrados); los peluches y los juguetes de tela, meterlos en la secadora a la mayor temperatura posible, o guardarlos en una bolsa herméticamente cerrada durante unas tres semanas; pasar el aspirador a los colchones, almohadas, alfombras, muebles entelados y a la tapicería del coche; y hervir o tirar a la basura los peines, cepillos, diademas, gomas y cintas para el pelo que se hayan usado durante la infección.
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