Juan Bolívar, «sano y muy sereno», regresa con su familia a Granada

A Bolívar lo acompañan agentes de los Grupos Especiales de Operaciones (GEO) de la Policía que habían llegado el domingo a Marruecos, pero no así sus familiares (su padre y su hermano), por no haber espacio disponible en el avión.

Tras su aterrizaje en Madrid, el joven expedicionario se desplaza ahora a Granada, de donde es originario.

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, presente en el aeródromo de Cuatro Vientos a la llegada de Juan Bolívar, ha asegurado a los periodistas que el joven espeleólogo está «sano» y «muy sereno» y ha querido irse a su ciudad natal con su familia. También ha resaltado cómo estuvo ayudando en cuanto pudo a su compañero Juan Antonio Martínez en «horas dramáticas», en alusión a la agonía de este otro espeleólogo que falleció tras resultar herido en el accidente.

Fernández Díaz ha resaltado también la labor de los equipos en un rescate que ha resultado «extremadamente complicado» y en el que los guardias civiles y policías desplazados han estado trabajando sin dormir durante 48 horas.

Acerca de las críticas que ha recibido el Gobierno marroquí por su lentitud en el rescate, puso de relieve la buena predisposición del país. «Estaban convencidos de que podrían realizar el rescate», ha dicho. Además, señaló que no se puede prever el alcance de este tipo de accidentes.

Bolívar abandonó por su propio pie la Clínica Chifa de Uarzazate, donde se recuperaba desde el domingo por la noche tras pasar varios días en el fondo del barranco, aquejado de hipotermia y estrés postraumático, aunque no presentaba ninguna lesión.

Bolívar no sufre contusiones ni heridas, y durante los días en que estuvo en el fondo del barranco se dedicó a cuidar a José Antonio Martínez, con una pierna rota y una herida en la cabeza, según han dicho compañeros que han podido hablar con él.

Bolívar, ingresado desde el domingo en la clínica Chifa en Uarzazate, ha estado acompañado por su padre y su hermano desde el domingo pasado. Antes de ser dado de alta, es probable que la Gendarmería Real le tome declaración, dado que es el único testigo vivo de un accidente con víctimas mortales.

Los cadáveres de los montañeros españoles Gustavo Virués y José Antonio Martínez no viajarán directamente a España, sino a la ciudad de Marrakech, donde se les practicará una autopsia, dijeron a Efe fuentes oficiales marroquíes.

Los cadáveres fueron trasladados hoy al depósito del Hospital Bughafer de Uarzazate, pero se decidió su traslado a Marrakech, ciudad que cuenta con mejores infraestructuras médicas, para que se les practique la autopsia, explicó el director del Consejo Provincial de Turismo de Uarzazate, Zubeir Bouhout.

Bouhout no dio precisiones sobre en qué momento podrían salir los cadáveres hacia Marrakech, distante a unas tres horas de Uarzazate por una sinuosa carretera que atraviesa el Alto Atlas.

Los tres españoles habían viajado al sur de Marruecos en un grupo organizado procedente de Sevilla, compuesto por nueve personas.

Se separaron del grupo el lunes 30 y quedaron en encontrarse esa misma tarde o el martes pero, tras no saber nada de ellos, el jefe de la expedición presentó una denuncia el 1 de abril ante la Gendarmería marroquí y avisó al Consulado.