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Los mensajes eróticos acabaron con el presidente del Panel del Cambio Climático

La denuncia por acoso sexual de una joven investigadora a las órdenes de Rajendra Pachauri forzaron la dimisión del rostro más conocido de la lucha contra el calentamiento global

Los mensajes eróticos acabaron con el presidente del Panel del Cambio Climático efe

araceli acosta

Reconocido y poderoso, aunque sin alejarse nunca de la polémica, Rajendra Pachauri (India, 1940) -hasta esta semana presidente del Panel Intergubernamental del Cambio Climático ( IPCC )- está viviendo sus horas más bajas tras haber sido acusado de acosar sexualmente a una investigadora del Instituto de Energía y Recursos ( TERI ) en Delhi, del que Pachauri es director. La noticia se conocía el pasado martes a través de un comunicado de Naciones Unidas, coincidiendo con la reunión que el IPCC celebraba en Nairobi (Kenia) y a la que su presidente no acudió.

En su carta de renuncia dirigida al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, decía que el IPCC «necesita un fuerte liderazgo y dedicación, y la total atención de su presidente en el futuro. Es algo que, bajo las presentes circunstancias, no podré ofrecer, como muestra mi incapacidad para viajar a Nairobi y presidir el panel esta semana». No daba más detalles, pero ese mismo día se conocía la acusación contra él y al día siguiente el diario «Times of India» informaba de que Pachauri se encontraba ingresado en un hospital de Nueva Delhi por problemas cardiacos, donde aún permanece. El jueves pasado un tribunal decretaba libertad bajo fianza para Pachauri, imponiéndole la restricción de no contactar con el personal de TERI ,testigos en el caso, ni con la demandante, y la prohibición de abandonar el país.

Pachauri asegura que su correo y teléfono fueron hackeados

La denunciante, de 29 años, afirma que Pachauri le acosó durante casi dos años. Según su declaración, Pachauri habría incurrido en «conversaciones sexualmente cargadas» a través del correo electrónico y de «WhatsApp». La denuncia de esta mujer se presentó el pasado 13 de febrero, y en ella se incluye el acoso sexual y la intimidación. Pachauri, a través de sus abogados, ha negado las acusaciones, y en su defensa esgrime que tanto su ordenador como su teléfono fueron «hackeados».

Si fuera cierto, no sería la primera vez que los «hackers» habrían puesto contra las cuerdas al presidente del IPCC. Uno de los momentos más críticos al frente de este organismo le llevó a lidiar con el llamado «climategate», el caso de los correos electrónicos que dieron la vuelta al mundo y en los que aparentemente científicos de la Universidad de East Anglia (Reino Unido) exageraban el calentamiento global . Estos correos pirateados a punto estuvieron de dar al traste con el trabajo científico de décadas.

En aquel momento fueron muchas las voces que criticaron a Rajendra Pachauri por estar más pendiente de no perder su puesto al frente del IPCC, que de investigar a fondo lo sucedido y de revisar y contrastar mejor los informes que hacen sus científicos, sobre todo cuando en el cuarto informe de evaluación se incluyeron datos erróneos de los glaciares del Himalaya , advirtiendo de que podrían desaparecer en 2035. Por aquella época, además, entre tanto informe científico, Pachauri sonrojó a más de un colega con la publicación de «Retorno a Almora», una novela romántica subida de tono.

En el ojo de la polémica

Y es que Pachauri siempre ha estado muy cerca de la polémica. Desde que se perfiló para el puesto de presidente del IPCC, cargo al que accedió en 2002, generó fuertes reticencias. Fue un candidato no deseado tanto dentro como fuera del IPCC. Dentro, porque no era un científico en el sentido estricto como sus predecesores en el cargo. Bert Bolin era meteorólogo y fue director científico de la Organización Europea de Investigación Espacial, y el segundo director, Robert Watson, era químico atmosférico y científico titular en el Banco Mundial. Pachauri es ingeniero y economista de formación, y administrador por experiencia.

Y fuera porque, precisamente, el que fue vicepresidente de Estados Unidos en la etapa Clinton, Al Gore, con quien en 2007 compartiría el Premio Nobel de la Paz , montó una campaña contra él tras escribir un duro artículo en «The New York Times» en el que acusaba a Pachauri de tener alguna relación con la Administración Bush y con las industrias petroleras. Pachauri contestó en «Times» que sólo un año antes Gore había alabado su «compromiso, visión y dedicación». El apretón de manos que Gore dio a Pachauri en su «paseíllo» para recoger el Nobel cerró definitivamente estas desavenencias.

Quienes le conocen aseguran que es un hombre afable y con un sentido estricto de la justicia y la ética. Pero también ha tenido que hacer frente a las acusaciones de la Prensa británica en cuanto a que habría hecho una fortuna con el comercio de carbono gracias a los vínculos con las empresas a las que asesora el Instituto TERI, aunque él siempre ha negado que «ni un solo centavo fuera a parar a su bolsillo».

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