¿Pueden nuestros recuerdos ayudarnos a adelgazar?

Según el psicólogo Eric Robinson, el hambre se forma en nuestro estómago, pero también en nuestra cabeza. ¿Cómo luchar contra esta molesta sensación que nos incita a acudir a nuestras neveras? «Muchas investigaciones muestran que factores psicológicos sutiles pueden tener un impacto en la cantidad de comida que ingerimos, pero la mayoría de la gente no es consciente de ello», afirma Robinson en una entrevista a la BBC.

Tal y como afirma el psicólogo, pensar en comida nos hará tener menos hambre. De hecho, narra la BBC, la teoría de Robinson procede de estudios con personas que sufren amnesia anterógrada y que olvidan todo lo que les ocurre casi al instante. En un estudio llevado a cabo con dos de estas personas, se comprobó cómo, tras olvidar lo que habían comido hacía tan solo unos minutos, los sujetos volvieron a comer cuando se les ofreció de nuevo comida. «Se olvidan de que ya han comido, por lo que si se les vuelve a ofrecer, volverán a comer».

Como afirma el texto publicado el medio británico, distracciones como la televisión pueden afectar a nuestros recuerdos de aquello que hemos comido, lo que aumentará por tanto nuestra sensación de hambre. ¿Conclusión? Ser más consciente de aquello que comemos reducirá nuestra ansiedad por la comida.