El responsable del falso fármaco Bio-Bac recurre la sentencia que lo condena a prisión

El Bio-Bac es un producto que comenzó a comercializarse en 1997 indicado para tratamiento de enfermedades como el VIH, distintos tipos de cánceres, hepatitis y enfermedades articulares reumatológicas.

En el fallo, Rafael Chacón y los otros tres acusados (la secretaria Consuelo Serdio , el farmacéutico Miguel Echenique y el biólogo Enrique Martínez Oliván , que trabajó en los laboratorios IVEN, donde se fabricaba el Bio-Bac aunque solo estuviera autorizado para elaborar productos veterinarios) fueron absueltos de un delito contra la salud pública por la fabricación y distribución del producto.

Sin embargo, sí se los condenó por un delito relativo a los consumidores ya que a pesar de que en el etiquetado de Bio-Bac se hacía constar que se trataba de un suplemento dietético , se vendía como medicamento por los efectos terapéuticos que tenía el producto.

En el escrito presentado, al que ha accedio Europa Press, Chacón ha negado que se engañara a los consumidores «porque el Bio-Bac jamás se comercializó como un medicamento». De hecho, insiste en que « siempre se dejó bien claro » que se trataba de un suplemento dietético.

A pesar de que en su prospecto aparecía que estaba destinado a tratamientos antitumorales y al sida, su defensa ha recalcado que este hecho «no es suficiente» para convertir al «complemento alimenticio» en un medicamento. De hecho, ha subrayado que la indicación de propiedades terapéuticas en este tipo de productos « sí está autorizada » según la legislación europea.

Además, ha alegado que la eficacia de Bio-Bac «que niega la sentencia» está «indiscutiblemente acreditada», y por ello «no se dan los requisitos legales que exige el tipo penal de publicidad engañosa».

La representación legal de Chacón espera que la Audiencia tenga en cuenta los testimonios de profesionales en medicina cualificados (que según dice «ignora la sentencia» del pasado 4 de julio) que aseguran que «se trata efectivamente de un producto de actividad antioncogénica y gran especifidad en algunas líneas tumorales».

Para Chacón, también deben ser valorados los testimonios escuchados durante el juicio oral en el que, según explica, «53 testigos de los 70 presentados confirmaron su eficacia sobre la enfermedad, la mejoría de su calidad de vida o la de sus familiares cuando lo consumieron».

Pero durante el primer día del juicio también testificaron algunos familiares de fallecidos que tomaron el producto. «El difunto médico Fermín Moriano le dijo a mi hermano que la quimio no valía para nada y que si tomaba Bio-Bac, en dos meses superaría el cáncer», contó a ABC una testigo quien aseguró que el producto no sirvió para curar a su hermano. También testificó por videoconferencia Teresa Berenguer , cuyo marido tomó Bio-Bac por vía oral, anal e inyectable. «Empezó a tomarlo porque no veía otra solución, tenía cáncer de pulmón».

La defensa entiende que «no puede hablarse» de delito contra los consumidores por el que ha sido condenado Chacón. Además, ve «una clara vulneración del principio de presunción de inocencia» al basarse la sentencia condenatoria en «una presunción contra reo».

«Aunque los datos y los hechos acreditan que el Bio-Bac se comercializaba como un complemento alimenticio, la Juzgadora pretende adivinar en Rafael Chacón la intención de comercializarlo como un medicamento, lo que a todas luces va en contra de la realidad», expone al respecto.