vaticano
Francisco: «El Señor nos repite a los obispos que no perdamos el tiempo en chácharas inútiles»
El Papa impuso el palio, símbolo de unidad, a 24 nuevos arzobispos metropolitanos
juan vicente boo
En la fiesta de San Pedro y San Pablo, las dos columnas de la Iglesia de Roma, el Santo Padre repitió de nuevo, con palabras actuales, la última indicación de Jesús a Simón Pedro, narrada justo al final del Evangelio de San Juan: “Tú, sígueme”.
Después de haber impuesto el palio –una pequeña estola de lana de oveja, que simboliza la unidad y la tarea de pastor- a 24 nuevos arzobispos metropolitanos de todo el mundo, el Papa comentó que “el Señor nos repite hoy a mí, a vosotros y a todos los Pastores: ‘¡Sígueme! No pierdas tiempo en chácharas inútiles, no te distraigas con cosas secundarias. Mira a lo esencial, y sígueme”.
«¿Buscamos quizá el apoyo de quienes tienen el poder?»En una homilía de gran intensidad espiritual, el Papa abordó “el problema, para nosotros, del miedo y de los refugios pastorales”. El obispo de Roma les invitó a examinarse sobre los propios temores -“¿De qué tenemos miedo?”- y sobre los “refugios pastorales” de cada uno: “¿Buscamos quizá el apoyo de quienes tienen el poder? ¿Nos dejamos engañar del orgullo que busca gratificaciones y premios, creyéndonos seguros allí?”.
Sus palabras en la basílica de San Pedro repetían las tres preguntas de Jesús resucitado a Pedro en las orillas de Galilea: “¿Me amas más que estos?”, y su consejo a los cardenales y obispos de todo el mundo fue el de fiarse “de la fidelidad de Dios, que nos confirma sin cesar, también a nosotros los Pastores, mas allá de nuestros méritos. La fidelidad del Señor hacia nosotros mantiene encendido el deseo de servirle y servir a nuestros hermanos”.
Al comienzo de la homilía, Francisco saludó fraternalmente al metropolita ortodoxo de Pérgamo, Ioannis Zizioulas, representante del Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, e invitó a rezar por una unidad cada vez más visible –recientemente en Jerusalén y Roma- en el afecto de los responsables de “las dos Iglesias hermanas”.
Aunque a veces se quedaba un poco corto de aliento, como suele sucederle, el Papa estaba totalmente restablecido de la indisposición y el agotamiento que le obligaron a cancelar , el pasado viernes, la visita a los médicos y enfermos del hospital Gemelli y la misa en la explanada del policlínico, donde los fieles se reunían los domingos para rezar por Juan Pablo II cada vez que estaba hospitalizado.
Francisco: «El Señor nos repite a los obispos que no perdamos el tiempo en chácharas inútiles»
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