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La Conferencia Episcopal Española colaborará con la Justicia y los afectados por los casos de bebés robados

La CEE también reitera que «es injusto extender una sombra de sospecha sobre cualquier colectivo en general por la presunta actuación inadecuada de alguno de sus miembros»

La Conferencia Episcopal Española colaborará con la Justicia y los afectados por los casos de bebés robados efe

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El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), monseñor Ricardo Blázquez, ha reiterado lo que en otras ocasiones se ha dicho públicamente sobre el caso de los niños robados: la Iglesia va a colaborar con la Justicia en la medida en que sea posible y continuará escuchando a las familias de los afectados.

Así se lo trasladado este martes monseñor Blázquez a la portavoz de la Plataforma de Afectados de Clínicas de toda España.Causa de Niños robados , Mar Soriano Ruiz, y a la exmonja de la Congregación de las Hijas de la Caridad , Carmen del Mazo Hidalgo, durante la primera reunión que mantienen, que ha tenido lugar en la sede de la CEE, en Madrid, y que ha durado una hora y cuarto.

Además, Blázquez ha expresado su «rechazo a la grave inmoralidad que supone que a unos padres les arrebaten a su hijo sin su consentimiento» y les ha dicho que comparte «el dolor y el sufrimiento de todos los afectados», según informa la CEE en un comunicado entregado al término de la reunión.

En la nota, la CEE también reitera que «es injusto extender una sombra de sospecha sobre cualquier colectivo en general por la presunta actuación inadecuada de alguno de sus miembros». Por su parte, la portavoz de la Plataforma de Afectados de Clínicas de toda España. Causa de Niños robados, ha indicado que Blázquez les ha transmitido que «hay que denunciar» estos casos de bebés robados y que tienen «la puerta abierta de la CEE» para todas las gestiones que hagan a partir de ahora pues habrá «una continuidad» de trabajo en este sentido.

Según ha afirmado, la denuncia ha sido «taxativa» por parte de monseñor Blázquez con quien han compartido el pensamiento de que «la justicia va muy lenta» y de que estos casos deberían resolverse por la vía administrativa y «sobre todo de búsqueda» y no por la vía de la Justicia, que es por la que se ven obligados a denunciarlo.

Ayuda «familia por familia»

Sobre la apertura de archivos, Soriano ha indicado, en base a lo que les ha dicho el presidente de la CEE, que todas aquellas familias que acudan a las diócesis por casos de niños robados encontrarán «total colaboración» y que si no sucede así, la CEE instará a que exista ese apoyo. La ayuda va a producirse, según ha puntualizado, no en conjunto sino «familia por familia». «Hacemos un llamamiento a las familias para que vayan a la diócesis provincial, que hablen con el obispo y expongan su caso particular, para que todos aquellos documentos que tenga recogidos la Iglesia se los facilite y si eso no sucede así, que se pongan en contacto con la CEE o la Plataforma», ha insistido Soriano.

Preguntada por si han hablado de los religiosos supuestamente implicados en algunos de estos casos, la portavoz de la Plataforma ha indicado que Blázquez les ha trasladado que «entiende que existen miembros de la Iglesia que no han actuado como personas honorables y de bien hacer y lo denuncia» y que ha habido «un engaño» de forma que, si bien en unos casos se produjo la adopción, «en muchos casos hubo sustracción».

Asimismo, la portavoz de la Plataforma ha explicado que, si hay una denuncia y se pone explícitamente en la misma que hay documentación sobre ese hijo en los archivos eclesiásticos, «la Iglesia va a colaborar con la Justicia». Según ha añadido, Blázquez les ha aclarado que la Iglesia en los registros tiene las partidas bautismo pero que antes no se hacían inscripciones de fallecidos y que se pasaba por el ámbito administrativo, no eclesiástico.

Palabras del Papa Francisco

Con palabras del Papa Francisco, en la Exhortación Apostólica «Evangelii Gaudium», hay que comprender «a las personas que tienden a la tristeza por sufrir graves dificultades, pero poco a poco hay que permitir que la alegría de la fe comience a despertarse, aun en medio de las peores angustias (...) La Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre (...) Que nadie encuentre la frialdad de una puerta cerrada».

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