La crisis del Ébola se ha cobrado ya la vida de 61 personas en Guinea

«A partir de ahora, el análisis biológico se puede hacer más rápidamente, y el número de víctimas ya no incluirá los casos no confirmados», reconoció el portavoz gubernamental, Damantang Albert Camara, en un comunicado distribuido a los medios.

La gran mayoría de contagios se registraron al sur de Guinea, considerado el epicentro de la epidemia, especialmente en Guékédou (34 muertes de 58 casos) y Macenta. Mientras, en la capital, Conakry, se han producido al menos 36 casos de fiebres hemorrágicas, con 15 muertes, así como la crisis se extiende por la vecina Liberia (confirmados seis casos, aunque el Ministerio de Salud investiga 13 muertes).

Como relataban recientemente desde la «zona cero» a ABC , todo comenzó, presuntamente, cuando el director del hospital regional de la localidad de Macenta visitó, a mediados de febrero, a un paciente que sufría de una terrible fiebre, acompañada de vómitos severos y diarrea con sangre. Días después, todo el personal que componía el séquito médico comenzó a desarrollar los mismos síntomas.

Aunque la mortalidad es más alta que en otras enfermedades (en algunos de casos es cercana al 70-90 por cien), en la actualidad, es posible dar un tratamiento de soporte oral e intravenoso para evitar que otras enfermedades compliquen la evolución del paciente y sus posibilidades de sobrevivir.

La sintomatología, eso sí, tampoco ayuda a un fácil diagnóstico. Fiebre repentina, debilidad intensa, dolor muscular y de cabeza e irritación de garganta son las primeras señales. Luego vienen los vómitos, la diarrea, sarpullidos, fallos renales y hepáticos y hemorragias, tanto internas como externas. En este punto, ya es demasiado tarde.

No obstante, la prevención ayuda. Según las teorías más fiables, el brote originado en Guinée Forestière (la selva húmeda guineana) se habría producido debido al contacto de la población local con murciélagos.

No en vano, en esta crisis también hay héroes dispuestos a dar su vida en pos de una solución: En los últimos tres meses, al menos 24 trabajadores sanitarios han contraído el virus mientras ayudaban a los pacientes infectados; 13 de ellos han muerto.