Cáritas afirma que ayudar a los hogares sin ingresos cuesta la mitad de lo que se va invertir en salvar las autopistas

El informe, cuyos datos definitivos serán presentados el próximo mes de octubre, revela que actualmente solo uno de cada tres hogares en nuestro país no se encuentra amenazado por alguno de los 35 factores que determinan la exclusión social . «El núcleo central de la sociedad española que llamamos de integración plena es ya una estricta minoría», explicó Guillermo Fernández, miembro del Equipo de Estudios de Cáritas y del Comité Técnico de Foessa.

Desde el comienzo de la crisis, la exclusión social -que afectaba a 7,3 millones de personas en 2007 (16,3% de la población)- se ha intensificado hasta alcanzar 11,7 millones de personas, un 60,6% más que hace siete años. Además, cinco millones de personas (10,9%) se encuentran ya afectadas por situaciones de exclusión severa, un 82,6% más que en 2007.

El empleo, la vivienda y la salud son los ámbitos que más han influido en el aumento de la fractura social, según esta encuesta, la tercera más importante después de la EPA y la de condiciones de vida. «El empleo precario, que era una alternativa para los sectores más vulnerables, también ha disminuido», señaló Fernández, quien además recordó que «las familias para hacer frente a los gastos de la vivienda tienen que hacer un esfuerzo tan importante que una vez descontados todos esos gastos les coloca en una situación de pobreza».

El «empeoramiento de la salud como un derecho social» también ha afectado a muchas familias en situaciones ya de por sí vulnerables. «La encuesta nos muestra que hay hogares en los que se ha dejado de comprar medicinas o se han abandonado tratamientos médicos, sobre todo en la segunda fase de la crisis», indicó Fernández.

En la otra cara de la moneda, el informe revela que la crisis no ha logrado deteriorar el enorme capital social de los españoles, sobre todo la institución familiar. «Se trata de un recurso importante de nuestra sociedad y puede ser un cimiento para construir salidas a la difícil situación en la que nos encontramos», precisó Fernández, quien insistió en la necesidad de potenciar este gran capital social a través «políticas públicas» de apoyo a la familia.

«Aún con políticas sociales insuficientes y con escasa protección, la familia -y, en general, las redes sociales primarias y las relaciones entre la ciudadanía- siguen resistiendo. Sufriendo el desgaste que implica la crisis, pero demostrando ser uno delos cimientos sobre los que construir», destaca Cáritas en su informe.

Otro de los aspectos positivos es que pese a la duración de la recesión económica, no se ha producido una segregación espacial de la exclusión. Dos de cada tres personas en situación de exclusión viven en lugares donde predomina la población integrada, es decir, donde se cuenta con servicios de todo tipo.

Frente a esta realidad, los técnicos de Cáritas mostraron su optimismo frente al futuro. «Hay una apuesta de muchas personas por construir una sociedad mejor, por que se entienda que las políticas sociales no son un gasto sino una inversión. Cada vez también hay más voluntarios que se ofrecen a ayudar desinteresadamente. Los objetivos macroeconómicos deben ser secundarios al rescate de las personas», recordó Francisco Lorenzo.