Lo que hay que hacer para mejorar la calidad del aire en Epaña

Paco Segura , de Ecologistas en Acción, nos explica que «los niveles de partículas han estado muy altos en París, en torno a 140-150 miligramos por metro cúbico, cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda no sobrepasar los 20, aunque la UE tiene fijados los límites en 40 y en China se han llegado a registrar niveles de 700 mg/m3. Pero esto último, directamente, es perder días de vida con cada bocanada que se respira».

Frente a la contaminación atmosférica, continúa explicando Segura, «solo hay dos estrategias , una de tipo estructural , que consiste en prevenir el aumento de los niveles de contaminación, y las de tipo coyuntural , que únicamente se toman cuando se disparan los niveles y se toman medidas ad hoc, como la restricción del tráfico en las ciudades que decretó estos días París».

En España el 20% de la contaminación atmosférica se debe al tráfico , pero en los entornos urbanos este porcentaje llega a alcanzar el 77% . En Barcelona, se reparten más las causas contaminantes porque también tienen mucho tráfico portuario; allí, el tráfico rodado solo supone el 50% de los contaminantes. En cualquier caso, todos los estudios muestran que la reducción del tráfico es la mejor manera de combatir la contaminación en las ciudades. En Barcelona ya se tomaron medidas en este sentido en el final del tripartito cuando se limitó la velocidad en los tramos de acceso a la ciudad y la medida funcionó muy bien durante un año y medio, hasta que llegó CiU y la abolió, pero para tener que recuperar la medida a la semana siguiente por un pico de contaminación muy alto que tuvo».

Por eso, desde el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente se lanzó en 2013 el Plan de Impulso al Medio Ambiente ( PIMA Aire ) para la adquisición de vehículos comerciales ha sido otra de las importantes iniciativas lanzadas en 2013, destinado a la mejora de la calidad del aire en España mediante la renovación del parque de vehículos comerciales y su sustitución por otros modelos más eficientes y de menor impacto medioambiental.

Las medidas estructurales requieren tiempo y decisión política porque fundamentalmente apuestan por una restricción definitiva del flujo del tráfico rodado , declarando zonas de bajas emisiones en el centro de las ciudades, que son las zonas más afectadas por la contaminación, e incentivando el uso de transporte público o vehículos no contaminantes . España, como todos los países del entorno europeo tiene planes en ese sentido, pero -dice Segura- «luego falta voluntad para llevarlos a la práctica. Y eso que cuando se han puesto en marcha han funcionado muy bien . En la céntrica calle madrileña de Preciados hubo una batalla cuando se decidió convertir en peatonal porque los comerciantes pensaban que perderían clientes. Hoy es un éxito porque está demostrado que donde los coches dejan espacio, acuden los peatones, que pasean por la calle y compran. A ningún comerciante se le ocurriría hoy día volver a pedir que la calle no sea peatonal».

Paco Segura es favorable a impulsar «los medios de locomoción alternativos, las bicicletas y los coches eléctricos . Pero en Madrid las bicis no llegan al 1% frente al 30% de otras ciudades europeas. Y si te quejas del perfil de la ciudad, que no es de Amsterdam, obviamente, para eso están la bicicletas con apoyo eléctrico. Incluso las empresas podrían aportar su granito de arena con duchas en sus instalaciones para que sus empleados puedan emplear la bicicleta y ducharse antes de comenzar a trabajar. Cualquier cosa es siempre mejor que mover un coche de 1,400 kg (la media del peso de los vendidos en España) para llevar a una sola persona».

En cuanto al tipo de contaminación que sufrimos aquí. En España estamos mejor en lo relativo a partículas que otros países europeos. Pero estamos peor en dióxido de nitrógeno porque tenemos más proporción de coches diesel que otros países. A partir del mes de mayo, hasta septiembre, también presentamos niveles muy altos de ozono troposférico (muy dañino para los pulmones porque produce oxidación de los alveolos) por los niveles de insolación que tenemos en estas latitudes.

Pero no todo lo que se ha hecho en España está mal. «Lo bueno -dice Segura- también hay que reconocerlo. En Barcelona las medidas de reducción de la velocidad fueron eficaces y en Madrid, el modelo del Consorcio de Transportes , que permite viajar con un solo bono o billete en diferentes medios de transporte duplicó el uso del transporte público tras su implantación. Por eso es un modelo que se está exportando incluso fuera de España, porque ha demostrado que funciona, y muy bien. El problema es que si construyes 14 radiales y 4 anillos de circunvalación, en el fondo estás incentivando el uso del coche. Los políticos no quieren renunciar al coche y han empujado a los ciudadanos a un modo de vida difícil de revertir. Hace 20 años, los españoles se desplazaban diariamente, de media, en torno a los 20 kilómetros; hoy, esa distancia ha subido hasta los 45 kilómetros . En cualquier caso, la tendencia en la contaminación es a mejor, aunque seguimos incumpliendo la normativa de la OMS y el tope de 20 mg/m3, en el área metropolitana de Cataluña la media anual está en 28 mg/m3 y en Madrid en 22 mg/m3. Y si los ciudadanos apostasen por prescindir del coche y usarlo solo cuando sea imprescindible, y además, bajo fórmulas como el carsharing (alquiler de coches por horas que recoges en un punto y dejas en otro) o carpooling, compartiendo coche para trayectos largos o cortos, podríamos mejorar mucho más».