Los obispos españoles, cara a cara con el Papa Francisco

Esta visita llamada «Ad Limina Apostolorum» se produce cada cinco años y forma parte de los encuentros habituales que mantiene el Papa con los obispos de todo el mundo para conocer de primera mano el funcionamiento de las diócesis. «No se trata de una visita, digamos, burocrática, de tipo jurídico administrativo. Tampoco está fundada exclusivamente en el eficacia pastoral. Sus raíces son mucho más profundas», explica en una carta pastoral el arzobispo de Burgos, monseñor Francisco Gil Hellín, para quien este encuentro manifiesta la comunión y unidad entre los obispos y el obispo de Roma.

Los temas que suelen abordarse durante la reunión son muy variados, como la situación de «los sacerdotes, los seminarios, las «No es que tengamos que rendir cuentas»vocaciones consagradas, el matrimonio y la familia», comenta el arzobispo de Burgos. «No es que tengamos que rendir cuentas, sino que hacemos un intercambio fraterno, donde ponemos a disposición del Papa y sus órganos de Gobierno la realidad global de la diócesis», insiste Gil Hellín, quien junto al obispo de Palencia, Soria, Vitoria, Bilbao y Navarra serán los primeros en encontrarse este lunes con el Papa Francisco.

Además del Santo Padre, los 83 obispos que participarán en la visita se entrevistarán con los responsables de los distintos dicasterios de la curia romana, que previamente ya cuentan con un informe detallado de la diócesis que los propios obispos enviaron a Roma el pasado mes de diciembre.

El lunes 3 de marzo sobre el mediodía tendrá lugar la audiencia con el Santo Padre de toda la Conferencia Episcopal (CEE). Durante el encuentro, que se celebrará en la Sala Clementina, están previstas unas palabras del presidente de la CEE, el cardenal Rouco Varela, y un discurso del Santo Padre a la Iglesia en España. El encuentro se produce días antes del inicio de la CIII Asamblea Plenaria, el próximo martes 11 de febrero, en la que los obispos elegirán, entre otros cargos directivos, al nuevo presidente de la Conferencia Episcopal.

El turno de los obispos de la Iglesia catalana será el viernes 7 de marzo, según informó la propia Conferencia Episcopal Tarraconense en un comunicado. Un encuentro en el que los obispos catalanes deberán explicar, entre otras cuestiones, por qué sus diócesis son las que menos asignan a favor de la Iglesia en la declaración de la Renta o las tesis independentistas que abanderan algunos de sus miembros y que han sido motivo de un toque de atención por parte de la Nunciatura Apostólica.

La última vez que los obispos españoles realizaron esta visita ad límina fue entre el 17 de enero y el 6 de marzo de 2005, pero no pudo completarse debido al empeoramiento de la salud del Papa Juan Pablo II. Durante el pontificado de Benedicto XVI esta visita no se realizó, si bien el Papa visitó España en tres ocasiones.

Los orígenes históricos de la visita ad limina datan del siglo IV, aunque fue el Papa Sixto V en 1585 quien la institucionalizó y dispuso de modo más sistemático. En la actualidad, la visita ad limina se define y precisa en los cánones 399 y 400 del Código de Derecho Canónico. Según esta legislación de la Iglesia, los obispos diocesanos deben visitar las tumbas de los Apóstoles, encontrarse con el Sucesor de Pedro y presentar un informe o relación de sus respectivas diócesis cada cinco años, aproximadamente.