El Papa Francisco festeja este viernes con 10.000 parejas de novios el día de San Valentín

Pero las inscripciones «online» se han disparado, y el encuentro se celebrará hoy a mediodía en la plaza de San Pedro. El inesperado éxito de convocatoria ha sido una inyección de optimismo. Hay muchos jóvenes dispuestos a casarse en los próximos doce meses a pesar de las dificultades para encontrar empleo, pagarse una vivienda con sueldos precarios o superar el temor a una posible separación más adelante.

Se espera a más de diez mil parejas, procedentes de 28 países, que disfrutarán a partir de las once de la mañana de un espectáculo de música y ballet entremezclado con las historias de amor de algunos de los presentes. Algunas parejas cantarán canciones y otras leerán poemas de amor. Es una fiesta de San Valentín organizada, sobre todo, por los anfitriones italianos.

El Papa llegará a las doce del mediodía y escuchará las preguntas de tres parejas. En principio, piensan preguntarle por la dificultad para tomar decisiones definitivas, las características de las familias cristianas, y el estilo más apropiado para celebrar el matrimonio. Francisco responderá sin papeles y, al final, regalará como recuerdo a cada una de las diez mil parejas una pequeña almohadilla para poner los anillos el día de la boda.

El interés popular de los italianos por este novedoso encuentro ha subido de tal manera que la RAI lo retransmitirá en directo a partir del mediodía, a pesar de que es una jornada laboral. Muchas otras televisiones de numerosos países se están sumando en las últimas horas.

La idea de convocar este encuentro sin precedentes fue del Pontificio Consejo para la Familia , que no se esperaba una respuesta de esta envergadura. Su presidente, el arzobispo Vincenzo Paglia, afirma que «el éxito de la iniciativa muestra que hay muchos jóvenes contracorriente, deseosos de que su amor sea bendecido por Dios y dure para siempre. Hoy, muchas parejas retrasan el matrimonio hasta que hayan solucionado todos los problemas. Estos jóvenes, en cambio, quieren resolverlos juntos».

El arzobispo Vincenzo Paglia desea «que el ejemplo del Papa Francisco sea contagioso para los políticos, los economistas y los agentes culturales, de modo que se preste atención primordial a las cuestiones de la familia».