Lo que cuesta ser un estudiante de Erasmus

Reyes Villameriel ha estudiado un curso completo en Bruselas , en la Universidad Libre . Allí se matriculó en diferentes asignaturas de Derecho y Ciencias Políticas y aprendió también otro estilo de vida. En la capital de Bélgica vivía en un kot, una casa en el barrio universitario en la que las habitaciones son personales pero se comparte cocina y aseos con otros estudiantes, en su caso, eran 10 en total. «El alquiler me costaba 400 euros mensuales , y se incluía en ellos los gastos de luz, agua, gas e internet. En cuanto al resto de gastos, la comida, en la cafetería de la universidad, no era más cara que en España; desayunar te podía costar unos 3 euros y el menú de mediodía 5,5 euros. Las cenas se hacían en casa y la compra de la semana, si tenías habilidad para buscar las superofertas de las grandes superficies podía estar sobre los 25 euros. Lo más caro era, curiosamente, la lavandería. Lavar y secar la ropa (lo de tender allí es absurdo) te suponía 9 euros. El transporte lo facilita la universidad con un bono que cuesta unos 160 euros para todo el año. y luego está la bici , que es el medio que hasta que llega el frío usamos todo. Hay unas tarjetas que te permiten coger una bici en un punto y dejarla a la media hora sin cargo alguno los primeros seis meses, pasado ese tiempo hay que pagar, pero un precio que es casi simbólico. Si quieres hacer deporte, por 50 euros al año también lo tienes todo incluido en la propia universidad, desde el yoga a las clases de salsa. Y luego estan los gastos de salir; una cerveza, dentro de los mil tipos que tienen, te puede costar sobre los 2,5 euros. En total, mantenerte allí rondaba los 800 euros mensuales , pero yo solo recibía 230 euros mensuales de la beca Erasmus , y en tres pagos; el resto, lo asumía mi familia. En cualquier caso, trabajar en Bélgica es fácil para un estudiante. Allí, todos los trabajos de la Universidad, a excepción de la docencia, los realizan los propios estudiantes. y los sueldos y los horarios te permiten mantenerte y estudiar».

Javier Marián , estudiante de Telecomunicaciones , se fue un poco más lejos y más al norte que Reyes. Él eligio una pequeña ciudad de Suecia a 200 kilómetros de Estocolmo para realizar su proyecto de fin de carrera sobre pruebas para juegos de Android, en concreto se fue el curso pasado a la Universidad de Linköping . También allí compartía piso con otros estudiantes en el barrio universitario pegado al campus y en el alquiler de 350 euros «iba incluida la luz, el agua, internet, la lavandería y -muy importante, subraya- la calefacción. El nivel de vida es más alto y se notaba también en la comida. Los desayunos en la cafetería estaban sobre los 4 euros, y el menú, pero de un solo plato, nada que ver con los nuestros, andaba por los 8 euros. y si te vas fuera de la universidad, no te libra nadie de dejarte 10 euros en una hamburguesa, y nada más. Con la compra de la semana se podía ahorrar algo buscando ofertas y productos congelados para que no superarse los 250 euros mensuales. El transporte era básicamente en bicicleta . La comprabas en agosto por 50 euros y luego la vendías al terminar el curso, aunque bastante más barata. Es lo que tienen comprar cuando todo el mundo necesita una y vender cuando todos se quieren deshacer de ella. Cuando hacía mucho frío usaba el transporte público, pero con las tarifas para estudiantes creo que no llegué a gastar más de 15 euros en todo el curso. En total, vivir en Suecia me podía suponer unos 900 euros mensuales y recibía sobre los 250 euros de la beca Erasmus , que por cierto, aún no me han pagado en su integridad. Sabes que el dinero llegará, pero no cuentas con él para el mes a mes. De eso se encargan tus ahorros y tu familia. Porque trabajar en Suecia es muy complicado sin conocer el idioma. Mis amigos y yo lo intentamos y no fue posible».

Marina Pulido optó por una universidad histórica, la de Cambridge , en el Reino Unido . Allí cursó un año de Derecho en 2012-2013, pero en una residencia dentro del propio campus. «Tenía una habitación y compartía baño y cocina por unas 600 libras al mes . El desayuno costaba cerca de 2 libras y las comidas las hacíamos en la residencia. Nos gastábamos sobre las 40 libras semanales. Para el transporte compré una bicicleta por 60 libras que luego vendí -y nos repite la misma historia de la oferta y la demanda que Javier en Suecia, que esto del mercado libre es igual en todo el mundo- al terminar el curso. Vivir allí me suponía unas 1000 libras mensuales y contaba con las 250 de la beca Erasmus ; del resto, se hacía cargo mi familia porque trabajar no es posible para los estudiantes , no podrías por los horarios. Necesitas estar muy encima de los seminarios y de los trabajos en grupo para aprobar. Allí la educación es muy distinta. Hay menos clases magistrales y más trabajo individual del propio alumno. Además se prima la crítica, el debate y el trabajo de los seminarios en grupos de cuatro personas».