El cigarrillo electrónico: «ilusoria seguridad»

La citada organización señala que, al contener nicotina —aunque no todos la incluyen—, se debería tener en cuenta «el riesgo de envenenamiento» por esta sustancia y la «adicción que puede generar» en quienes lo utilicen y no sean fumadores.

Sin una regulación

En España no existe ningún tipo de regulación para la venta de este producto. Portavoces de la Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) creen que, al contener nicotina, debería estar regulado «como un medicamento» y «venderse en las farmacias». Las tabacaleras, por el contrario, estiman que deben ser regulados «bajo las normas ordinarias de productos del tabaco, tanto en referencia a su control como a los lugares de venta». A su juicio, la legislación farmacéutica «debe aplicarse los productos que, bien por prescripción médica o por su formato ajeno al cigarrillo, pueden constituir un medio para ayudar a dejar de fumar».

Las tiendas que los distribuyen — como Ovale, en Madrid —, reconocen que no están sujetos a ningún tipo de legislación: «Si no vendemos a menores es por pura responsabilidad» . Elena Cuadra, propietaria del citado negocio, explica que la demanda es «muy fuerte» y que el perfil de cliente ronda «los 40 años». En cuanto a los precios, estos oscilan «de los 69 a los 80 euros» y la autonomía de la batería ronda «las 24 horas» de duración.