Ecuador perforará en una reserva de la biosfera en el Amazonas

En el año 2007, el Gobierno, en un guiño a los votos jóvenes y a los sectores de izquierdas, lanzó la iniciativa Yasuní-ITT , con la que pretendía proteger los bloques de territorio dentro del parque que dan nombre a las siglas: Ishpingo, Tiputini y Tambococha. La iniciativa consistía en pedir la colaboración de la comunidad internacional con donaciones de dinero hasta alcanzar 3.600 millones de dólares como parte del beneficio potencial del petróleo. A cambio, Ecuador se abstenía de explotar sus recursos petroleros en estos tres bloques. Es decir: un país que necesita de estos recursos se suma a la lucha por el cambio climático, pero pide a cambio «corresponsabilidad» a los países ricos, como el mismo Correa calificó la iniciativa.

La iniciativa ha resultado ser un fracaso total. De los 3.600 millones que pedía Ecuador apenas se han recaudado 13, un 0,37% del total. Ante estos números, Correa , en una intervención el pasado jueves en la que anunció la decisión del Gobierno de explotar la zona, culpó del fracaso a la «hipocresía» del mundo .

Explotación del 1% del parque

Sin embargo, los resultados del plan estaban comprometidos desde el principio. Dentro del área que comprende el parque ya se explotan dos zonas, conocidas como Bloque 31 y Bloque 16. En este último trabaja la petrolera española Repsol. Según la abogada especialista en medio ambiente Carolina Torres Trueba, tratar de vender al mundo la protección de un área en la que ya se está explotando era un «fracaso anunciado»

Torres Trueba indica también que la decisión del Gobierno necesitará una aprobación de la Asamblea, donde el partido oficialista tiene una mayoría de 100 diputados de los 137 totales. Correa pretende que la cámara declare la explotación del 1% del Yasuní de «interés nacional», la única vía por la que se podría cumplir con el artículo 407 de la Constitución, que prohíbe la intervención en territorios protegidos.

Además, la presencia -por ejemplo- de nacionalidades indígenas no contactadas en el parque, como los taromenane y tagaeri, podría llevar el asunto hasta un referéndum nacional. Esto, también entra en más contradicciones con la Carta Magna ecuatoriana. El artículo 57 prohíbe la explotación en «zonas intangibles» como el Yasuní y donde viven y se movilizan estos pueblos no contactados. Si se violan estos derechos, el artículo habla de «etnocidio» .

El 63% quiere que se preserve

René Patricio Bedón, decano de la facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad de los Hemisferios, apunta en un análisis en su blog que al Gobierno le espera una «dura tarea» en su intento de lograr que todos los intereses y derechos confluyan adecuadamente.

La opinión pública ya ha mostrado su oposición a la explotación de la zona ITT . Según una encuesta privada de la empresa Perfiles de Opinión del pasado 13 de julio, el 63% de los ecuatorianos quiere la preservación del parque , a pesar de que no se haya logrado la ayuda internacional.

Correa ha tratado de calmar los ánimos y ha asegurado que la intervención afectará a menos de un «uno por mil del parque» . También anunció que se hará con las técnicas de extracción más limpias. Por otro lado, ha justificado la necesidad de entrar en la zona ITT para financiar su proyecto de Gobierno, llamado «Plan del buen vivir», que prevé un gasto de alrededor de 70.000 millones de dólares hasta 2017 para la mejora de la sanidad y otros servicios , así como para lograr la erradicación total de la pobreza en el país. Correa aseguró que «el Yasuní seguirá viviendo pero la pobreza desaparecerá».