Los españoles nos operamos del corazón tarde y con riesgos

«Esta información debe ser pública, el enfermo debe saber los resultados de operarse en un hospital o en otro», afirmó Carlos Macaya, Jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos y catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, que añadió que habrá que preocuparse «de las consecuencias de esta transparencia» del sistema sanitario español.

Lo que preocupa a los cirujanos que realizan este tipo de intervenciones es la calidad ofrecida a los enfermos. Sobre esto, Miguel Josa, vicepresidente de la citada fundación, reafirmó «la importancia del dato» porque este da pie «a cambios». Por ello, insistió en que «sin conocer la realidad no se pueden introducir mejoras» , y afirmó la necesidad «de que todos los centros médicos se incorporen a la tarea».

Trabajar con Europa

La recopilación de datos se ha realizado «con el fin de establecer criterios de calidad y mostrar convergencia con Europa» . Para ello, se ha trabajado «con bases de datos a nivel europeo» , que cuentan con « 170 variables que van desde las inherentes al paciente como las de la intervención y los resultados de ésta». Así lo explicó José María Cortina, Jefe del Servicio Cardiovascular del Hospital 12 de Octubre, al narrar que se debe «identificar, definir, medir y controlar» aquellos aspectos «sobre los que trabajamos».

Respecto a los resultados extraídos del Informe, Josa explicó que se ha demostrado que «la calidad de la cirugía cardiovascular en España es alta». Este cirujano defendió que España ha pasado «de tener más operaciones selectivas a las de carácter urgente» , que ya representan un 60% del total. A esta circunstancia se añade que buena parte de aquellas personas que se someten a estas intervenciones en nuestro país, presentan «factores de riesgo más altos» en el momento del preoperatorio. A pesar de ello, la mortalidad registrada es «de un 3 por ciento» , un dato «muy similar al alemán (cercano al 3%) y el inglés (2%), y apenas siete décimas por encima de la media europea (2,3%)».

También se ha comprobado que las mujeres se operan de media «entre tres y cinco años más tarde que los hombres». Situación a la que todavía no se encuentra respuesta, aunque «podría deberse a que son patologías menos asociadas a la mujer o que están mal enfocadas en ella, así como que ahora existen más mujeres de avanzada edad».