Los alumnos se motivan más al trabajar en un aula digital

A todos los chicos se les entregó una tableta donde poder seguir las materias, que se podían actualizar, y los profesores podían dar sus clases a través del ordenador o la tableta. Los chicos cogieron al vuelo el funcionamiento de esta herramienta y de sus contenidos digitales, en el que han participado también las editoriales de libros de texto. Después de un curso, tanto los maestros como los aprendices valoran muy positivamente los contenidos multimedia (vídeos, imágenes, animaciones...) ofrecidos por el banco de recursos y complementos al libro digital . Los profesores valoraron, además, el compromiso de los chicos. «La tecnología nos ha ayudado a que los alumnos colaboran más en su aprendizaje», explicó Alberto Leal, director del instituto Arturo Soria.

Además, en los tres centros han comprobado que sus alumnos están más motivados, ya que el programa permite a los maestros llegar a todos los alumnos y conseguir una educación más personalizada. Por otra parte, también resaltaron que la plataforma les ha permitido ayudar a los alumnos con dificultades o necesidades especiales. El diseño de actividades individualizadas permite desarrollar una educación más personalizada.

El único problema que se ha percibido es la relación de los progenitores con la nueva tecnología. No es falta de actitud ni de ganas de ayudar a sus hijos ala hora de ponerse a hacer los deberes. Es, simplemente, que la relación que mantienen con las nuevas tecnologías no es tan fluida como les gustaría.

La famosa brecha digital ha sido un problema en algunos casos, pero que han tenido soluciones concretas. Por ejemplo, que los propios chicos explicaron a sus padres como podían hablar con los maestros o seguir su evolución académica -ambas herramientas están incluidas en el proyecto. O la solución más sencilla: dar una clase a los padres.Esa es la solución que optaron en el Arturo Soria. Organizaron un taller para los padres, con los alumnos en clase, para que vieran su funcionamiento. Y, además, lograron otro objetivo. «Una mayor implicación en los asuntos del instituto», comentóLeal.

El siguiente paso de universo iDEA es su expansión. «Se acabó la investigación y ahora comienza la aplicación», señaló O'Shea durante la presentación de los datos de aceptación del programa en los tres institutos, que supera el 90%. Su expansión no debe ser un problema económico ni para los padres ni para las administraciones. «El precio de la mochila digital debe ser, como mucho, el precio de una mochila tradicional», destacó Antonio González. El director del proyecto indicó que la gran baza de iDEA es que el alumno no necesita estar conectado permanentemente a la red para poder trabajar. Un hecho fundamental para los centros académicos, ya que no necesitan tener una conexión para cada alumno, con el coste que eso conlleva.