El legado de Benedicto XVI

Desde el comienzo de su pontificado, el Santo Padre hizo de la fe la base de su doctrina, elaborada sin concesiones a partir de una profunda reflexión teológica. A través de encíclicas y ensayos, Benedicto XVI ha desafiado al creyente con un discurso que exige compromiso intelectual

El ecumenismo ha sido una de las claves del pontificado de Joseph Ratzinger. Además de su aproximación a musulmanes y judíos, el Papa emprendió acciones para reintegrar en la Iglesia a ortodoxos rusos, la Iglesia griega, los lefebvrianos y los anglicanos, para los que creó ordinariatos

Para Benedicto XVI, la Iglesia no es la Curia que puebla y dirige la Santa Sede, sino los fieles. Gran conocedor de la Administración del Vaticano, el Papa ha sabido mover ficha en estos años para ir restando poder a los representantes italianos y abrir la Iglesia a voces nuevas y hasta hace poco distantes

Incómodo con la burocracia vaticana, el Santo Padre nunca ha ocultado la necesidad de poner orden en una institución que, por activa o por pasiva, de los tejemanejes del Banco Vaticano a los abusos sexuales consentidos durante décadas, quiso reformar desde dentro y sin complejos

El estallido y la posterior expansión de la crisis económica acentuaron el discurso social del Papa contra los excesos del capitalismo. Frente a «la avaricia y la explotación» que denunció en las páginas del «Financial Times», el Santo Padre clamó por la caridad y la justicia que emanan del amor