Irlanda apunta a España como origen de la carne de caballo en sus hamburguesas
Autoridades de Reino Unido e Irlanda detectan ADN de este animal en marcas de varios supermercados, aunque aseguran que no hay riesgo para la salud
aNA MELLADO
Las grandes distribuidoras cárnicas de España y Holanda podrían ser el origen de una nueva alerta alimentaria que se ha desatado en la UE a raíz de que las autoridades sanitarias irlandesas e inglesas descubrieran carne de caballo y cerdo en productos etiquetados como vacuno. ... Todas las cadenas de supermercados afectadas como Tesco, Lidl o Iceland se han apresurado a retirar del mercado todos los lotes sospechosos, como medida de prevención, a pesar de no causar riesgos para la salud.
El ADN de caballo fue detectado en dos marcas vendidas por Tesco, la línea de supermercados más fuerte en Reino Unido. En el primer caso, el análisis reveló que existía un 29% de carne de caballo en proporción al contenido de carne de res. Además fueron hallados rastros de ADN de cerdo. En cuanto a la segunda marca, los niveles de ADN de caballo fueron mucho más bajos. Ambos productos fueron suministrados por el procesador de alimentos irlandés Comidas Silvercrest.
En un principio todos las miras se fijaron en Irlanda, sin embargo su ministro de Agricultura, Simon Coveney, insistió ayer en que en ningún momento se han infringido las reglas de seguridad alimentaria y apuntó a España como posible origen de la carne, negando que las dos plantas de procesamiento que distribuían estos alimentos en Irlanda empleasen caballo en sus procesos de producción.
En total, se hallaron hasta 10 productos diferentes, elaborados en un 30% con carne de caballo, y 21 con carne de cerdo, principalmente hamburguesas congeladas, pero también empanadas, lasañas o pastel de carne.
Las autoridades irlandesas han declarado que no existe ningún riesgo para la salud, mientras que la Agencia de Alimentos de Reino Unido ha iniciado sus propias investigaciones. Tim Smith, director técnico de Tesco, calificó de extrema gravedad lo sucedido y garantizó la retirada inmediata de todos los productos afectados una vez presentadas las pruebas analíticas encargadas por la Autoridad de Seguridad Alimentaria de Irlanda (FSAI) . «La seguridad y calidad de nuestra comida es vital para Tesco. No toleraremos tener que comprometer la calidad de los alimentos que vendemos. La presencia de carne ilegal en nuestros productos es extremadamente grave».
El profesor Alan Reilly, jefe ejecutivo de la FSAI, llamó la atención por el posible daño moral infligido a judíos y musulmanes, cuyas religiones prohíben el consumo de carne de cerdo. Asimismo, recordó que comer carne de caballo no forma parte de la cultura irlandesa.
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