El riesgo alto de una nueva fuga envía a prisión al «Dioni de Almensilla»

Ayer por la mañana era llevado al juzgado que instruye la causa (Primera Instancia e Instrucción 1 de Coria) por el supuesto desfalco de casi cuatro millones de euros a los parcelistas del Sector F de Almensilla. El juez decretaba su ingreso ineludible en la cárcel después de que el empresario se acogiera a su derecho a no declarar . Le atribuye los delitos de apropiación indebida agravada, falsedad documental y delito societario. Además, le imponía una fianza de 4.810.00 euros para hacer frente a la responsabilidad civil que se derive en el procedimiento judicial. El «Dioni» sevillano era conducido al mediodía a la cárcel de nuevo.

La cantidad fijada como fianza de responsabilidad civil se basa, por un lado, en los 3.700.000 euros que el detenido presuntamente sacó de una de las cuentas de la junta de compensación en la que ejercía de tesorero; y por otro, el tercio que exige la ley, según explicaron fuentes judiciales.

Si no hace entrega en efectivo de esta cantidad, desde el juzgado se procederá a embargar sus bienes .

Mateos Palacios se marchó de España el año pasado. Su huida al Caribe ha pesado para que el juez dictara un auto de prisión atendiendo al riesgo de una nueva fuga.

El desenlace provisional a la rocambolesca marcha del tesorero se producía tras más de dos horas de espera en los juzgados de Coria. Medio centenar de parcelistas se habían concentrado en la entrada para recibir con gritos e insultos a Mateos Palacios . La Policía Nacional lo había previsto y envió varias dotaciones para que acordonaran la entrada al edificio e impedir que los afectados pudieran acercarse al detenido.

Éste llegó pasadas las once de la mañana en un vehículo policial. Nada más salir del coche, el «Dioni» sevillano intentó esquivar las cámaras bajando la cabeza. Dos horas después repetía gesto cuando salía del juzgado. No había querido declarar y apenas estuvo unos minutos en el despacho del juez, según confirmaba uno de los letrados que está personado en la causa.

Los afectados cedían sus historias personales a los periodistas para que se pudiera entender el agujero económico que ha causado presuntamente el tesorero en las economías domésticas de 600 familias. Una de esas historias es la de Josefa Asensio, quien hace unos meses tuvo que pedir un préstamo –«otro más»– de 14.000 euros para evitar que le quitaran la casa o le embargaran la pensión de su marido, único ingreso familiar. «Llevamos más de 35.000 euros pagados por unas obras de urbanización que nunca se han ejecutado. Tenemos una deuda solidaria con el banco por culpa de este señor que nos ha robado nuestro dinero, la salud y hasta la vida de algunos parcelistas». Josefa debía estar contenta porque su hijo se casa en unos meses, pero está muy agobiada. «Los ahorros que debía invertir en su felicidad se han esfumado. Lo único que hacemos es pagar y al final sólo le vamos a poder dejar a los nuestros deudas. Todo por culpa de este ladrón».