Una década negra en los anales de Dos Hermanas

Con una población que roza los 135.000 habitantes, superando incluso a algunas capitales de provincia del territorio nacional, Dos Hermanas tiene una importante tasa de criminalidad . En el primer trimestre de este año, registró cerca de 1.500 hechos delictivos, siete puntos más que en 2019. La cifra del primer trimestre del año en curso supone casi el siete por ciento del total de la provincia.

Sin embargo todos estos números quedan eclipsados cuando suceden crímenes tan atroces como los que han ocupado páginas y páginas de periódico en los últimos años poniendo el foco en la localidad nazarena.

El primero de estos crímenes múltiples ocurrió el Día de Andalucía de hace siete años . Luis Miguel Briz, de 34 años, mató a cuchilladas a su padre, su madre y su hermana en el domicilio familiar de la calle San José. Él vivía en un piso en la avenida de Andalucía.

No le bastó con acabar con la vida de su familia, sino que después limpió los restos de sangre y apiló los cadáveres en el salón antes de ir, un día después, a los juzgados para confesar. Había encargado incluso tres coronas de flores con antelación. Todos presentaban heridas de puñaladas en el cuello, pero se había ensañado especialmente con el padre. La convivencia familiar era complicada.

La muerte a manos de su hijo era el trágico final que le esperaba a la familia Briz , comerciantes de origen castellano leonés, que llegaron años atrás a Dos Hermanas, donde prosperaron gracias a varios negocios del ramo textil y otras actividades inmobiliarias, a la que se incorporó en 2009 la hija, abogada del turno de oficio.

En 2014, Luis Miguel fue absuelto por la Audiencia de Sevilla de tres delitos de asesinato al aplicarle el tribunal la eximente completa de enajenación mental. En cambio, le impuso como medida de seguridad 25 años de internamiento en un centro psiquiátrico penitenciario, el máximo legal permitido.

Cuatro años y medio más tarde, un asesinato múltiple volvía a zarandear Dos Hermanas. Aquí aún hubo más crueldad si cabe que en el anterior. Entre las víctimas, cuyos cadáveres fueron hallados enterrados en un agujero del cuarto de baño de la casa número 168 de la calle Cerro Blanco tapados con hormigón y cemento, había una niña de seis años. Había recibido un disparo en la cabeza.

Junto a ella yacía su madre, de 26 años, y su marido, Yilmaz Giraz, conocido como el «Turco» . Fueron secuestrados el 16 de septiembre de 2017 y asesinados el mismo día. Sus familias denunciaron la desaparición. Los cuerpos sin vida fueron descubiertos a los quince días.

Aquellos hechos, conocidos como el triple crimen de Dos Hermanas , escondían detrás un asunto turbio del mundo de las drogas. Siete fueron los detenidos y los que sentaron delante de un jurado popular por estos asesinatos.

Sin embargo, atendiendo al veredicto de culpabilidad emitido por el jurado sólo tres miembros del clan de los «Cabos», residentes en Cerro Blanco y dedicados al tráfico de drogas, pagarán por ellos. Son el «Pollino», su padre y su mujer . Llegaron a contratar a dos hombres por 3.000 euros para secuestrar al «Turco».

Habrá que esperar al 1 de septiembre para conocer las penas que les impone el tribunal a estos tres, para quien la Fiscalía y las acusaciones solicitan una pena de prisión permanente revisabl e por cada muerte. Junto al asesino de Pioz, que mató a sus tíos y a sus dos primos, se convirtirían en los criminales más castigados de España.

Cuando aún se están cerrando las heridas de los asesinatos de Cerro Blanco y se espera sentencia de la Audiencia, la semana pasada otra vez tuvieron que asimilar los vecinos un crimen múltiple.

Una parcela al final de la calle Padre Fernando Trejo fue el escenario del ataque brutal de una mujer, de nacionalidad brasileña, a un matrimonio vecino .

Ella residía la vivienda de la planta baja. Las víctimas ocupaban el piso de arriba. La mujer, que ya está en prisión provisional, atropelló al hombre y a la mujer, después le agredió con una piedra y finalmente le cortó el cuello. El motivo: las denuncias cruzadas entre ambas partes por los ruidos y los animales .