Sentencia en la Macarena: «Ya está aquí con nosotros»

Las primeras horas junto a la Virgen de la Esperanza tras su restauración se llenan de emoción, abrazos y besos por el reencuentro

La Macarena vuelve al culto cuatro meses después de las tareas de restauración

El antes y el después de la Macarena tras la restauración de Pedro Manzano

La Virgen de la Esperanza Macarena, a los pies del presbiterio, recibiendo la visita de miles de personas tras su restauración Juan Flores

Resulta imposible no contagiarse de la emoción que en esta mañana del día de la Inmaculada se ha vivido en la basílica de la Macarena. «Ya está aquí con nosotros», ha sido la frase más repetida, el mantra con el que miles de ... devotos han soñado durante más de cuatro meses, el tiempo en el que Pedro Manzano, apoyado por los técnicos del IAPH, han trabajado en la restauración de la Esperanza. En un tiempo nuevo, alejado del terremoto que causó la intervención previa del pasado junio del maestro Arquillo, sin juicios ni condenas. Hoy la Sentencia no tiene discusión. «Ya está aquí con nosotros». La de siempre, la que habita perpetua en el corazón del macareno, que se ha desbordado al encuentro, frente a frente, de su Virgen.

Escribimos esta crónica envueltos en el murmullo de los más prosaicos -«qué bonita está»-, de quienes rezan el rosario con fe inquebrantable, del llanto del que se derrumba al cumplir su promesa. Con el sonido de los besos y los abrazos, y en cada jipío, un pulmón que exhala tanto y tanto amor por la Madre de Sevilla. Imposible contener la alegría cuando un grupo de devotos irrumpía en la basílica de la Macarena al son del himno de la Esperanza Macarena portando 20 centros de flores. En cada uno de ellos, una cinta rotulada con versos de la poesía que Rafa Serna le dedicó a la Macarena en su pregón de Semana Santa. «Cómo pudo ni siquiera aguantarte la mirada».

Son las 10.30 horas de la mañana, pero hay quien aún no ha dormido. La primera de las tres estiradísimas jornadas que la hermandad ha previsto para la veneración de la Virgen, partía en la madrugada. En un vigilia con aires de Viernes Santo en el que el reloj, ni el cansancio ni el frío, arredran al macareno. A las seis de la mañana baja del cielo a Sevilla y nadie quiere perdérsela. Explota el júbilo impulsado con el ruido de los cohetes cuando se abren las puertas. «Ya está aquí con nosotros».

El Himno sonó varias veces, de un grupo de devotos con flores y versos de Rafa Serna y de la mano de la banda del Carmen de Salteras

La comunidad es cada vez más y más grande, hasta tres horas de espera para verla. Quién pudiera tocarla, piensan uno a uno los que se reúnen con Ella bajo un altar cubierto de ofrendas florales, entre otras, de corporaciones hermanas como el Gran Poder, los Estudiantes y Pino Montano. Dicen que alguna floristería, como Ramitos, ha tenido que cerrar con todo el stock vendido porque Sevilla se ha volcado con su Rosa de Oro. «Está espectacular», sólo acierta a decir quien sale de la basílica después de meses alimentando un anhelo: «Que la Esperanza Macarena, por fin, está con nosotros».

Las escenas de llanto pasan unas tras otras en una película renovada. «A Manzano hay que ponerle un monumento», cuenta a ABC un devoto acompañado de su mujer, Inma, que no ha podido contar con un regalo más hermoso por el día de su santo, estar a la verita de la Virgen después de 119 días de ausencia.

Galería. La banda del Carmen de Salteras ha protagonizado uno de los momentos más emocionantes de la mañana de este lunes Víctor rodríguez

«Viva la Macarena», retumba en el interior del templo el grito de un hombre que aguarda la cola, que a mediodía alcanza la muralla. A la hora del Ángelus, otro de los momentos más esperados de este triduo inolvidable. La llegada de la banda de la banda del Carmen de Salteras. Bajo el Arco suena 'Suspiros de España' y al alcanzar el atrio se hace el silencio para dar paso de nuevo al Himno, en una entrada en el que se confunden la letra y la llantina. La banda también está rota de emoción.

Entran y salen, siguen desfilando mares de fieles en un festivo de alma verde. El puente ha favorecido que los turistas también se acerquen hasta la Macarena para atestiguar el prodigio. «Ha merecido la pena», insisten, porque la Virgen ya está con nosotros. Dos hermanas barcelonesas han venido a ver por segunda vez a la Macarena en su vida y han optado por esperar menos cola y pasar directamente al pasillo central de la basílica, que no permite el encuentro íntimo con la Esperanza pero sí, a base de achuchones y de puntillas, verle la recuperada cara. Jose viene con su familia desde Murcia para presentarle su bebé a la reina de San Gil. Se llama Macarena.

Siguen entrando flores y micrófonos. Todos los medios nacionales pendientes de estos momentos de gloria en el epicentro de la devoción universal. «Está preciosa», dice una señora mientras abraza a otra en el lateral de la iglesia. Al artífice del milagro, por más que tratara de mantener un discreto papel, le llueven los aplausos. «Pedro Manzano ha sido muy valiente», dice otra señora mientras espera en los últimos puestos de la cola, que a poco menos de las 2 de la tarde superaba el hotel Macarena. Hay quien todavía no se ha acostado, nadie quiere perdérsela. Poco antes de esa hora salía José Antonio Fernández Cabrero de la Casa Hermandad. Casualidades de la vida o metáfora de lo que va a ocurrir en los próximos días, se ve a Fernando Fernández Cabezuelo enfilando la entrada a la plaza, «como un hermano más». El hermano mayor electo, como ya medio mundo, ha comprobado a través de las fotografías y vídeos cómo se ha presentado la Macarena ante sus hijos. Que repiten aliviados: «Ya está aquí con nosotros».

Ver comentarios