20 años del 'Aserejé', la fiesta de un narco que acabó en hit planetario, décadas de juicios y una carrera truncada
Nos adentramos en la intrahistoria del gran éxito de Las Ketchup, una canción que convirtió a un grupo de chicas cordobesas en estrellas internacionales para luego condenarlas al silencio discográfico
¿Qué fue de Las Ketchup?
Las Ketchup
El último fin de semana de la Feria de Mayo de 2002, Las Ketchup se subieron a un taxi que las llevó al aeropuerto de Córdoba, donde cogieron un avión para volar hasta Bilbao y recoger un premio por una canción que ni ... siquiera se había publicado. Sólo había sonado en la radio, pero ya era un fenómeno que había traspasado fronteras. Ellas estaban flipando en colores con lo que les estaba ocurriendo, pero unos días después, el 9 de junio, cuando el single por fin salió a la venta y se convirtió instantáneamente en un éxito comercial en medio mundo, entendieron que aún les quedaba mucho más por digerir. A las hijas del Tomate estaba a punto de cambiarles la vida a lo bestia.
¿Quién iba a imaginar que una de las canciones más vendidas de la historia de la música española sería una rumbita pop sobre un narcotraficante (o en su defecto, uno de sus clientes) con estribillo inspirado en un clásico del hip-hop? Nadie. Ni siquiera su creador, Francisco Manuel Ruiz Gómez 'Queco', pudo prever ni por asomo el fenómeno planetario que provocó su composición, que mezclaba versos de costumbrismo gaditano gamberro ('con la luna en las pupilas y su traje agua marina van restos de contrabando') con una línea de bajo muy parecida a la del 'You're the one that I want' que cantaban John Travolta y Olivia Newton-John en 'Grease' (de ahí también sale el primer punteo de guitarra, que imita el 'I got chills, they're multiplying'), un gancho prestado del 'Rapper's Delight' de The Sugarhill Gang (considerado el primer gran hit del rap) y una melodía sisada a la ópera 'Carmen' de Georges Bizet (en el primer fraseo vocal). Y es que el 'Aserejé' , ahí donde lo ven, es una de las canciones compuestas con mayor precisión quirúrgica de nuestra música reciente . Y también es un baúl lleno de secretos.
«La idea empezó como una parodia, protagonizada por un tío que sale de fiesta y va tan ciego que cuando intenta cantar el 'Rapper's Delight', no da ni una. La tararea a su bola, como un buen gaditano», explica el propio Queco. «Luego el tema está lleno de ganchos muy estudiados, subliminales y a la vez universales, para que pudiera llegar a gente de todo el mundo y todas las edades, como los de 'Grease' o 'Carmen'. Pero lo importante fue poner como protagonista a un personaje que te puedes encontrar en cualquier plaza andaluza , al que le gustan la cocaína, los porros y todo lo que pudiera meterse. Por las noches se va a una discoteca, y siempre le pide al DJ que pinche su canción favorita, que es el 'Rapper's Delight'. La tararea a su manera, balbuceando, intentando rapear pero sin dar pie con bola. Y así nació el 'aserejé-ja-dejé, de jebe tu de jebere seibiunouva majavi an de bugui an de güididípi'. Fue una invención mía que se me ocurrió mucho antes de hacer la canción y de trabajar con Las Ketchup. Yo se lo tarareaba a mis hijos, y se partían de risa. Ellos estudiaron en el colegio británico y con siete años ya eran bilingües, así que al verme rapear en inglés macarrónico no podían parar de reír. La gracia se convirtió en una especie de hit familiar, y se les pegó tanto que empezaron a cantarlo con sus amiguetes en el colegio y en los cumpleaños para echarse unas risas. Al poco tiempo, las madres de los otros niños empezaron a decirme: 'Queco, ¿qué es esto que les has enseñado a los niños? ¡Se lo pasan bomba cantándolo! ¿Qué es?'. Ahí me di cuenta de que el estribillo tenía algo, de que gustaba, de que funcionaba». La canción 'Aserejé', cuenta Queco, no iba a entrar en el disco de Las Ketchup. Pero entonces recordó aquella anécdota y se le encendió la bombilla. «Lo de meterla en el álbum se decidió en el último momento, cuando estaba grabado entero y ya había otro single elegido para promocionarlo. Pero yo veía que hacía falta algo más, y entonces me acordé de ese estribillo que me había inventado del 'Rapper's Delight' tarareado por un gaditano borracho. Construí la canción alrededor de eso… y el resto es historia».
El sencillo vendió más de ocho millones de copias y se convirtió en la canción del verano tras alcanzar el número uno en las listas de España, Reino Unido, Italia, Francia, Finlandia, Suecia, Noruega, Bélgica, Portugal, Suiza, Alemania, Rumania, Chile, Perú, Cuba, Uruguay, Colombia, Venezuela, México, Brasil, Argentina o Bolivia, lo que convirtió a 'Aserejé' en uno de los cien temas de mayor éxito en la historia del pop mundial . Ese mismo año se llevaron el Ondas a Mejor artista o grupo revelación español y el Premio Amigo a Grupo revelación, y en 2003 ganaron dos Premios Billboard Latinos, a Mejor álbum pop de nueva generación y a Mejor canción tropical-salsa.
«La gente no se puede imaginar lo que fue aquello. Todos los músicos tienen la ilusión de que las cosas le salgan bien, pero claro, lo que nos pasó a nosotras... eso no se lo puede esperar nadie. Nos sorprendió muchísimo, porque estas cosas no pasan todos los días. Fue un fenómeno que se repite pocas veces en muchos años», contaba una de las Ketchup (Lola Muñoz) en una reciente entrevista con ABC . «De la noche a la mañana éramos estrellas, desde Estados Unidos a Indonesia. Pero yo seguía bajando a comprar a la pescadería que tengo debajo de mi casa. Cuando aparecía, las vecinas me decían: 'Lola, pero qué normal sigues siendo'. Y yo decía, '¿y cómo queréis que sea?'. Estoy bastante convencida de que ser unas mujeres muy trabajadoras, que no se vinieron arriba con las cosas de la fama, jugó a nuestro favor en el sentido de que el público se seguía identificando con nosotras y seguía teniéndonos mucho cariño. Nos veían como... pues eso, ¡gente normal! Íbamos a Japón, a la semana siguiente a Nueva York, luego a Londres, luego a Yakarta, pero al volver a casa seguíamos siendo las de siempre».
Las Ketchup en el estudio de grabación
Fue tal la vorágine desatada por el éxito de la canción, que ni siquiera pudieron preparar su presentación en directo como cualquier artista normal. Sus músicos hacían los ensayos por su cuenta, y a ellas les iban mandando las grabaciones allá donde estuvieran promocionándola, con anotaciones para que aprendieran dónde entraban sus fraseos. «Es que la que se formó… nos explotó como una bomba atómica en las narices . No estábamos preparados para algo así», asegura Queco. «Como productor yo ya había tenido éxitos. Discos de Oro, un Disco de Platino con Pastora Soler, un Grammy con Vicente Amigo… e intuía que 'Aserejé' tendría éxito en España. Pero lo que no podía imaginar era que se iba a propagar tan rápido por todo el mundo».
El éxito se gestó en la compañía discográfica independiente que Queco fundó en Córdoba, Shaketown Music, que ante el desborde firmó un acuerdo de distribución con Sony. Aquella alianza permitió a Las Ketchup llegar a todos los confines del globo, pero los líos empezaron a los pocos meses. En 2003, año en que 'Aserejé' fue la canción más radiada en España según datos de la SGAE, Shaketown Music denunció en el Juzgado número 13 de Madrid a Sony por incumplimiento de contrato en la explotación del disco , asegurando que sólo habían cobrado por la venta de poco más de 200.000 copias, cuando ya se habían vendido más de siete millones.
Como las relaciones entre los dos sellos ya estaban rotas, en 2006 Shaketown Music encontró un resquicio legal para aliarse con Warner y publicar el segundo disco del grupo, 'Un Blodymary', a espaldas de Sony, que no tardó en levantar el teléfono para decirle a la gente de Warner que no tenían derecho a explotar el nombre de Las Ketchup porque les pertenecía el cincuenta por ciento del mismo. Para evitar ahondar en la guerra jurídica el disco quedó temporalmente descatalogado, y aunque Sony intentó comprarle a Shaketown todos los derechos de Las Ketchup, el sello cordobés se negó así que el conflicto judicial se eternizó durante años paralizando la carrera discográfica del grupo. Ya no pudieron grabar más álbumes, pero ellas supieron morderse el labio y guardar silencio a pesar de la frustración por no poder continuar con su flamante trayectoria. «Lo malo fue que llegó un momento en que ellas también estuvieron un poco a malas conmigo», dice Queco, «y me pusieron otras denuncias por no querer grabarles más discos, cuando la realidad es que yo tenía las manos atadas».
Las Ketchup, durante un concierto este marzo de 2022
Durante todos estos años, muchos pensaban que a pesar de no sacar nuevos discos, Las Ketchup estaban viviendo a cuerpo de rey con las ganancias de 'Aserejé'. Pero la realidad es que la canción no les ha dado de comer más allá de los conciertos que han dado gracias a ella, porque los derechos pertenecían a su autor, Queco. El productor había entrado en el negocio de la música como guitarrista flamenco secundando al toque a cantaores como El Pele, Juan Villar o Luis de Córdoba. Pero su carrera dio un vuelco en 1990, cuando sufrió un accidente que le obligó a enfocar su carrera hacia la composición y producción de discos. Acabaría trabajando con Remedios Amaya, La Susi, Niña Pastori, Raimundo Amador, Azúcar Moreno, Pastora Soler… y ahí es cuando Las Ketchup se cruzaron en su camino. Cuando empezaron los conflictos judiciales, Queco creó un nuevo sello para pasar página, Disparate Records, que es el que ahora aparece como editor de 'Aserejé' en la base de datos de la SGAE.
La guerra entre las compañías que llevaban la carrera de Las Ketchup no fue el único enfrentamiento judicial derivado del éxito de 'Aserejé'. Los autores de la canción en la que se inspiró Queco, The Sugarhill Gang, también le pusieron una demanda por basar su composición en el 'Rapper's Delight' sin permiso. Pero en 2010, el Juzgado de lo Mercantil nº 6 de Madrid absolvió a la parte demandada estableciendo que «el ritmo fónico, derivado de la recitación, no supone elemento esencial de la obra 'Rapper's Delight' ni elemento esencial de la obra 'Aserejé', y la utilización parcial de la composición fónica de escasos versos de la obra de la demandante y recitación con ritmo semejante en la obra 'Aserejé' suponen un 'fair use' de obra precedente dentro de obra original nueva».
El otro juicio, el que enfrentaba a Sony con Shaketown y mantenía a Las Ketchup en dique seco, se resolvió hace cinco meses también a favor de Queco. «El dinero que me ha correspondido por la sentencia no es el que yo considero que deberían haberme pagado, pero bueno, al menos Goliat no ha pisado a David», dice el compositor y productor, que no oculta que ha ganado una fortuna con 'Aserejé' en estas dos décadas. « Y lo que me queda por ganar, que ojalá sea durante muchos, muchos años . La editorial también es mía, así que hice un pleno al quince. No se dio mal. Esperemos que vivamos bien con lo que seguimos ganando, yo y mis descendientes, al menos durante setenta y cinco años más. Mis nietos me lo agradecerán».
Las Ketchup, por cierto, ya tienen vía libre para grabar y publicar su tercer disco, dieciséis años después del segundo. Y piensan hacerlo.
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