Las Ketchup: «No dejarnos llevar por la fama hizo que la gente nos siguiera teniendo cariño»

Conocida como 'The Ketchup Song' en los países de habla no hispana, esta peculiar versión del mítico 'Rapper's Delight' de The Sugarhill Gang estaba acompañada de una coreografía que ya forma parte del imaginario colectivo de millones de personas en todo el mundo, y que este sábado volverá a ser recreada en el Wizink Center dentro del festival Horteralia, una divertida y desacomplejada cita musical que reunirá a nombres tan icónicos como Azúcar Moreno, Varry Brava, Ladilla Rusa, Rebeca, Karina, Leticia Sabater, María Jesús y su acordeón o Paco Clavel, entre otros, además del showman Privan de Camp, 'el peor DJ de España', que estará acompañado a los platos por Cherri Coke DJ.

«No te puedes imaginar las ganas de fiesta y bailoteo que tenemos», dice Lola Muñoz, una de las tres hermanas que integran el grupo. «Desde la pandemia casi no hemos podido trabajar, así que ahora estamos como locas. Más aún teniendo en cuenta que vamos a celebrar en Madrid el vigésimo aniversario de Las Ketchup. Estoy aquí haciendo la maleta escuchando a Vicente Amigo, más contenta que unas castañuelas pensando en coger el tren, plantarme en la capital y ponerme a cantar con nuestros fans».

Durante su turno en Horteralia, un festival que conocen bien porque ya han actuado en otra edición y saben que «todo es diversión y risas incluso entre bambalinas», cantarán éxitos como 'Kusha las Payas', 'Krapuleo' o 'Bloody Mary' , pero son conscientes de que el momentazo de oro será cuando empiecen a sonar los compases de 'Aserejé', un megahit que arrasó nada más salir y que las dejó un poco descolocadas, pero «para bien», como dice Lola.

« La gente no se puede imaginar lo que fue aquello. Todos los músicos tienen la ilusión de que las cosas le salgan bien, pero claro, lo que nos pasó a nosotras... eso no se lo puede esperar nadie. Nos sorprendió muchísimo, porque estas cosas no pasan todos los días. Fue un fenómeno que se repite pocas veces en muchos años ».

Lola y sus hermanas se convirtieron en las artistas más famosas del momento, pero supieron mantener los pies en el suelo y no dejarse seducir en exceso por el huracán mediático. «Yo seguía bajando a comprar a la pescadería que tengo debajo de mi casa, por ejemplo. Y cuando aparecía, las vecinas me decían: 'Lola, pero qué normal sigues siendo'. Y yo decía, '¿y cómo queréis que sea?'. Yo estoy bastante convencida de que ser unas mujeres muy trabajadoras, que no se han venido arriba con las cosas de la fama, jugó a nuestro favor en el sentido de que el público se seguía identificando con nosotras y seguía teniéndonos mucho cariño. Nos ven como... pues eso, ¡gente normal! Íbamos a Japón, a la semana siguiente a Nueva York, luego a Londres, luego a Indonesia, pero al volver a casa seguíamos siendo las de siempre».

Ahora, a pesar de las «dificultades» que han pasado por ciertos líos con sus discográficas, siguen llenas de ilusión y tienen unas ganas enormes de dar un nuevo paso en su carrera. «Sí», termina Lola. «Tenemos un montón de canciones nuevas, y tenemos el pálpito de que es el momento de volver».