Jeremy Irons recibe el Giraldillo de Honor y aplaude la progresión del Festival de Cine de Sevilla: «El límite es el cielo»

El británico habló desde un alto fondo social y aprovechó para animar a los futuros actores. «Hemos encontrado una generación que ha perdido el hábito de la concentración, una generación que ha estado malcriada, que necesita buscar la gratificación instantánea. Estoy generalizando, pero creo que hay algo así. Películas que se podrían describir como obras de arte, hoy, a escala global, no tendrían un éxito financiero como, por ejemplo, La Misión. Considero que se ha asesinado el placer de ir al cine y ver una película todos juntos… Las nuevas generaciones parece que no quieren hacer eso. Ahora se sientan en su cama, en el tren… y ven las imágenes en una pantallita de tamaño mínimo. No tengo porque criticarlos, claro, pero no saben lo que se están perdiendo. Se ve también en el mundo de la música. No se puede comparar con la que se hacía en los sesenta, en los setenta, en los ochenta. Estamos atrapados en la economía«, comentó en un primer momento el británico en Platea Odeón Imperdible.

Irons insistió en el cambio generacional: «Hoy, transmitir una historia desde el corazón de una persona para llevarla a los corazones del público no te hace ganar tanto dinero. Se ha dejado a un lado. Y es una pena. Está en declive la calidad de vida actualmente. Yo me voy a morir dentro de 10 años…; igual, esto de lo que hablo no es ningún problema para las nuevas generaciones. A lo mejor ni siquiera saben de lo que les estoy hablando«.

En relación al cine, el actor habló del trabajo que le ha supuesto hacer determinados personajes. «Me atraen los que me ofrecen una aventura, los que me llevan a otro lugar, un personaje con el que puedo sentir empatía, que me divierta, que forme parte de una historia en la que yo quiero estar. A veces , raramente, interpreto un personaje que me hace ganar una millonada. Lo hago con muy poca frecuencia porque no me da tanto placer. Para mí, todos mis personajes han sido un desafío. Cuando comienzo a rodar me siento como un electricista o un fontanero. Me siento fuera de mi lugar. Pero luego, cuando han pasado unos días, ya me convierto en él, en el personaje«.

El inglés aprovechó para enviar un mensaje de optimismo a los que quieren trabajar en la industria del cine, así como a la posibilidad de que el Festival de Sevilla pueda crecer internacionalmente: «Cualquier cosa es posible. Sólo depende de las películas que vengan. Hay muchos festivales, y tenéis que tener la aspiración. El cielo es el límite». Sobre el sueño de quien quiere ser futuro actor, Irons se dirigió figurativamente a esa persona: «Cualquier cosa que quieras hacer, concéntrate en ella. Utiliza tu pensamiento más salvaje. Mira cómo actúa un zorro cuando va a cazar a una gallina. Funciona así. Sé un zorro y quiérelo. Mira nuestra historia, la historia de esta industria. Respétala. Ámala. Y ve a por ello. Y nunca te rindas. Y aprende cada día. Y, a lo mejor así, luego, los dioses te acompañarán«, dijo ante la atenta mirada de su compatriota David Puttnam.

El productor habló de este «nuevo escenario» con jóvenes deseosos de pertenecer de alguna manera al mundo del cine: «Yo doy clases, y una cosa que tienen en común, todos, es que no han visto suficiente cine. Creen que las películas empezaron con Spielberg«. Para Puttnam, el trabajo puede suplir cualquier situación de dificultad. »¿Que el Festival de Sevilla puede ser uno de los más importantes? Hay varias cosas importantes. Una es la fecha. Estamos en un momento estupendo; es una buena fecha. Segundo, la ciudad es sensacional. ¿Por qué alguien no va a querer venir a Sevilla?. Estarías loco si no quieres venir a Sevilla. Es una ciudad maravillosa. La organización es perfecta. Solo falta la sinergia, que el resto de las ciudades del mundo sepan que podéis crear las sinergias necesarias«, finalizó ante el aplauso del público.