Los exámenes de Selectividad, guardados en un búnker hasta que los reciben los correctores

Así, una vez que los alumnos entregan sus ejercicios, se envían a un búnker en el que están especialmente protegidos. Hay puertas blindadas, alarmas y guardia de seguridad las 24 horas del día. De hecho la Universidad de Sevilla no facilita la ubicación de este búnker ni ofrece muchos más detalles por motivos de seguridad.

Luego, una vez que acaban las pruebas, se cita a los correctores a una reunión con el ponente del tribunal y uno de los miembros de la Comisión Coordinadora de las pruebas , que preside la vicerrectora de estudiantes, para que recojan los exámenes y reciban los criterios de corrección para homogeneizar todas las evaluaciones.

Pero ahí no acaban los estrictos protocolos de seguridad. Los exámenes se entregan a los profesores encargados de poner la nota en sobres cerrados, en los que están los ejercicios ya sin cabecera, y ordenados correlativamente con el número de identificación que se le pone , y que nadie conoce, para luego una vez corregidos, volver a saber de quién es.

Eso supone que los correctores no saben de qué estudiante es cada examen ni tampoco el instituto o el colegio al que pertenece . De hecho antes de la entrega se repasan todos los exámenes, hoja a hoja, para comprobar que no hay nada que haya escrito el estudiante y que le pueda identificar.

En la Universidad de Sevilla hay este año un total de 386 correctores, la mayoría profesores de instituto que deben emplear todo el fin de semana en la corrección de estas pruebas que comienzan a repartirse cuando acaba la fase de acceso. Se trata de un colectivo que cobra menos de dos euros por cada examen que revisa pese a que es una tarea que les lleva todo el fin de semana. Por tres tres días vigilando la prueba y revisar 150 ejercicios pueden embolsarse poco más de 500 euros.

A esos correctores hay que sumar los 85 que hay en la Universidad Pablo de Olavide, donde también se desarrollan los exámenes de numerosos colegios e institutos. En este caso desde la UPO reiteran que la custodia de estos ejercicios es igualmente muy estricta.

En la UPO ocurre algo similar donde desde el miércoles, tras terminar la fase de acceso, comenzaron a repartirse los exámenes. Pero antes cada responsable de sede debe custodiarlos sin abandonar el aula en ningún momento ni mover los ejercicios más que para su entrega al área administrativa donde se registran y anotan las incidencias.

Los exámenes de la fase de acceso finalizaron este miércoles con las pruebas de asignaturas de modalidad. Este jueves, último día y que coincide con la festividad del Corpus serán los últimos, los de la fase de admisión que hacen los alumnos que quieren subir nota hasta 14. Quedan las pruebas de Dibujo técnico II, Cultura Audiovisual II y Biología.

Luego tocará Lengua Extranjera, Diseño, Geografía y Química. Y a última hora Artes Escénicas, Economía de la Empresa, Geología, e Historia del Arte. Ya por la tarde tendrán lugar los exámenes para los estudiantes con coincidencias horarias .