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Reloj de arena

Antonio Smash: la señal del Tardón

Desde que percusionó por primera vez un pellejo, Antoñito llevó como apellido Smash. Ese es su santo y seña

Antoñito Smash, en plena actuación Raúl Doblado

Félix Machuca

Antonio siempre fue Antoñito . Y Rodríguez lo sería en la partida de nacimiento. Porque el apellido que lo acompañó y lo acompaña desde que percusionó por vez primera un pellejo fue el de Smash. Antoñito Smash. Ese es su santo y su seña. ... Su dirección de toda la vida. La obertura de una locura vital como solo podía entenderse desde las partituras sicodélicas de lo underground. Con Smash, Antoñito, salió del cascarón del anonimato para hacerse un nombre y una leyenda en aquella Sevilla que liaba boyeré, viajaba más lejos que el Concorde en vuelos sicotrópicos y se volvía majareta por una chupa de cuero negro. Les hablo de finales de los sesenta y principios de lo setenta. Cuando el gusano de la libertad empezaba a dejar de ser crisálida para volar como las mariposas de Lole y Manuel. Con solo 17 años, Antoñito ya era miembro de una de las bandas más famosas de la música española, acompañado de gente como Silvio, Gualberto, Julio Matito, Henrik el vikingo y, después, Manolo Molina, el gitano caballa que puso a moverse el garrotín como si fuera una bailarina de Jimi Hendrix.

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