José Luis Gutiérrez: «No soy el candidato del PSOE, eso es un bulo interesado»
El decano de Odontología se presenta a las elecciones a rector de la Universidad de Sevilla con la intención de renovar la institución y se desvincula de su etapa profesional con María Jesús Montero
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Iniciar sesiónJosé Luis Gutiérrez es un hombre de habla pausada, trato afable y facilidad de palabra. Llega a las elecciones a rector de la Universidad de Sevilla con la intención de insuflar aire fresco, repartir el liderazgo y renovar una de las instituciones más ... importantes de la ciudad. En su bagaje está su labor como docente -es Decano de Odontología-, su carrera profesional en el ámbito médico y en la gestión, donde estuvo al frente del Servicio Andaluz de Salud en una consejería cuya titular era María Jesús Montero. Eso le ha supuesto una etiqueta de candidato respaldado por el PSOE con la que no se siente identificado y lucha por desterrar.
-¿Qué le lleva a presentarte a estas elecciones a rector?
-Es el resultado de un proceso. Empezaré diciendo lo que no me lleva, que además me distingue del resto de candidaturas. Yo no soy un líder individual, que ha reclutado un grupo de personas afines para configurar una candidatura y concurrir a unas elecciones. Yo vengo de un proceso completamente inverso, de abajo hacia arriba, que desde hace año y medio venimos reuniendo un grupo de profesionales de la universidad muy comprometidos, que respetan la pluralidad y diversidad de la Universidad de Sevilla. Yo soy un candidato reclutado por la candidatura, lo que me mueve es que en este momento la Universidad de Sevilla necesita personas que canalicen el cambio que la inmensa mayoría de la comunidad universitaria está reclamando y que formulen propuestas reales y creíbles que vengan de abajo hacia arriba.
-¿Cuáles son los puntos clave de su propuesta?
-En este momento, las personas que componen nuestra comunidad universitaria están con un alto nivel de desmotivación y de desapego, se tiene la sensación de que el entorno de trabajo podría ser mejor. También nos tiene muy asfixiados una burocracia, a todos los niveles, que se ha convertido en una especie de dolor crónico con el que uno tiene que convivir y que dificulta extraordinariamente las tareas genuinamente académicas. Desde hace tiempo venimos observando que la transparencia en la gestión de nuestra universidad podría ser mejor. Nosotros lo que planteamos es un cambio de modelo. No se trata de dar una vuelta a problemas puntuales, se trata de darle la vuelta a la universidad. La US debe recuperar la confianza y el reconocimiento en sus profesionales, debe descentralizarse, no como con el modelo anterior. En definitiva, convertirlo en un modelo de gobernanza avanzado y moderno con una participación masiva de la comunidad universitaria.
«El cambio no se trata de dar una vuelta a problemas puntuales, se trata de darle la vuelta a la universidad»
-Su lema reza 'Cambiamos contigo'. ¿Qué debe cambiar en la US?
-Fundamentalmente la manera de gestionarse, ir hacia un modelo mucho más horizontal, matricial, en red, frente al modelo jerárquico vertical tradicional. También debe cambiar el liderazgo que ejerce en la ciudad de Sevilla y en su entorno, pasar a ser más proactiva.
-Siete candidatos se presentan a estas elecciones, ¿conoce al resto de aspirantes?
-Los conozco personalmente a los seis, especialmente a los cuatro que vienen del equipo rectoral actual. Me llama extraordinariamente la atención que la práctica totalidad de los altos cargos del actual equipo de gobierno de la Universidad está repartido en estas cuatro candidaturas. Es llamativo. Conozco también un poquito más a Alfonso Castro, porque coincidimos en ambos como decanos en un período, y conozco un poco menos a Pastora Moreno. Ninguna de las otras candidaturas vienen de abajo hacia arriba, sino que surgen de un líder o lideresa.
-¿Qué opinión le merece el mandato de Miguel Ángel Castro?
-Le profeso un profundo respeto e imagino que ha hecho todo lo que ha podido en estos casi diez años que ha estado de rector. Finaliza su mandato, que considero excesivamente largo, y esto abre una oportunidad extraordinaria en la Universidad de Sevilla. Creo que tienen que salir, acompañado del equipo con el que ha gestionado la universidad. A partir de ahora, el equipo que llegue con la legitimidad democrática de las urnas tendrá toda la capacidad de desplegar no solo su programa, sino las ideas, los planteamientos y todo lo que acompaña a una candidatura. Eso sí, echo de menos más publicidad por parte de la US para unas elecciones por sufragio universal en la que deben votar unas 70.000 personas.
«Le profeso un profundo respeto a Miguel Ángel Castro, pero creo que tiene que salir, acompañado del equipo con el que ha gestionado la universidad»
-Hábleme del déficit económico.
-Yo pertenezco al Consejo de Gobierno y trasladé en el mismo que yo no podía votar a favor el cierre de 2024 que había. Ni vote a favor el presupuesto de 2025 porque contemplaba ingresos que no se van a producir. Por un ejercicio de responsabilidad trasladé que, entendiendo que el equipo saliente finalizaba la etapa, mi voto no sería en contra, pero me abstuve. De todo el Consejo de Gobierno la única abstención del sector A fue la mía, a la que se sumaron dos abstenciones de profesores del sector B. Al rector no le gustó que yo interviniera en ese sentido y me respondió con cierta energía. Es verdad que estamos en una dinámica en la que la mayoría de los acuerdos se realizan por asentimiento en el claustro, por eso el sufragio universal ponderado es una oportunidad de oro para un nuevo modelo.
-¿Está en su programa aprobar la llamada compensatoria, que tienen 46 de 50 universidades españolas?
-Ya antes de ser candidatura apoyamos al CADUS para que se aprobara el aprobado por compensación en un Consejo de Gobierno. Nuestra candidatura cree firmemente que, cuando a un estudiante le queda una única asignatura, se puede contemplar si la formación global de competencias curriculares adquiridas son suficientes para identificarlo como profesional. Entendemos que la Universidad Sevilla no puede estar alejada de esa realidad y será una de las primeras medidas que se aprueben.
-¿Fomentarán acuerdos con universidades extranjeras de más nivel que el actual?
-No estamos donde tendríamos que estar. La Universidad de Sevilla tiene que mejorar su posición de liderazgo. Acabamos de recuperar en 2025 la posición que teníamos en 2015. Una universidad que está entre las tres más relevantes de España por presupuesto, alumnos y demás, tiene que aspirar a tener los acuerdos de entrada y salida de sus estudiantes y de su personal docente investigador con las instituciones de máxima referencia. El reto es que nuestra universidad juegue en la Champions.
«En acuerdos con universidades extranjeras no estamos donde deberíamos estar; el reto es que nuestra universidad juegue en la Champions»
-Y precisamente hablando de salida, cada vez son más los egresados que se marchan de Sevilla por la precariedad o los salarios.
-Debemos retener y atraer talento, no lo estamos reteniendo adecuadamente ni somos capaces de atraerlos como la Universidad de Sevilla tendría que hacerlo. Tenemos una situación precaria de nuestro personal sustituto, de nuestro personal interino. Los sueldos prácticamente están en el límite del salario mínimo interprofesional, si es que hay dedicaciones completas y no parciales como son la mayoría. Y unos plazos tan extraordinariamente largos por estos puestos precarios hacen que muchas ofertas exteriores resulten atractivas y se produzca la fuga. La universidad es responsable de cuál es tu salida al empleo y en las condiciones en las que egresas o, en algunas ocasiones, las condiciones en las que emprendes. Ese concepto nosotros lo vamos a trabajar intensamente para que la fuga del talento no empiece ya ahí, sobre todo teniendo en cuenta el relevo generacional que se va a producir en los próximos años por los babyboomers.
-¿Qué diría a aquellos que dicen que José Luis Gutiérrez es el candidato de María Jesús Montero?
-Yo cuando me presento digo quién soy y quién no soy. Fui decano de 2005 a 2008, y además era jefe de servicio del Hospital Virgen del Rocío desde el año 1999. Soy el jefe del servicio de Cirugía Maxilofacial de ese hospital, plaza que obtuve por concurso oposición. En aquel momento, la subdirectora gerente del hospital era María Jesús Montero. En abril de 2008 recibo una llamada de ella, que ya era consejera de Salud, para decirme que el Gobierno andaluz ha decidido que quiere poner al frente del Servicio Andaluz de Salud a un profesional, valorando mi experiencia como profesional y mi carácter académico. Asumí aquella responsabilidad con mis luces y con mis sombras en los peores años de crisis económica.
En el 2014 a María Jesús Montero la nombran consejera de Hacienda y me ofrece irme con ella al equipo de Hacienda, pero el salto a Hacienda ya era un salto a la política. Si yo lo hubiera dado, se podría plantear que yo he tenido un recorrido político. Lo que hice fue regresar a mi hospital y a mi facultad. Queda muchos mantras de aquella época, algunos incluso entrando en mi vida personal. Ni en aquel momento ni nunca me preguntaron si yo tenía militancia. Aclaro, no obstante, que nunca he tenido militancia política. No soy militante del PSOE, no tengo ascendencia en el PSOE, no tengo orientación en el PSOE ni política. He trabajado esos años con María Jesús Montero. Comparto muchas de las cosas que ella hace ahora y no comparto algunas cosas que ella no hace. Como ella no comparte alguna de las cosas que yo hago. Pero no soy el candidato del PSOE, no tengo militancia política, el PSOE no está detrás, no me pagan la campaña. Es sencillamente un bulo interesado. María Jesús Montero hizo su trayectoria política hasta vicepresidenta primera del Gobierno. Y yo he permanecido humildemente dando mis clases y operando a los pacientes. Me moriré con ese bulo, pero me atacan por ahí porque a lo mejor no me pueden atacar por otra vía.
«Comparto muchas de las cosas que María Jesús Montero hace ahora y no comparto algunas otras, pero no tengo militancia política ni el PSOE paga mi campaña»
-Ya hay quienes hablan abiertamente sobre su edad, que no le permitiría acabar el mandato en caso de ser elegido rector.
-Me parece ridículo que en el ámbito universitario se practique el edadismo. Cumplo la edad para poder presentarme al puesto, no hay ninguna limitación. En segundo lugar, no comparto un modelo de seis años sin el refrendo de las urnas en un plazo razonable. Fue un consenso en aquel momento para convertir el cuatro más cuatro de todas las instituciones, en un seis más cero. Creo que cuando pase un tiempo esa ley se volverá a rectificar. En los últimos 40 años ha habido 10 rectores, de los cuales solo dos han estado más de cuatro años y han sido dos casos absolutamente excepcionales. De los otros ocho, cinco cumplieron cuatro años y no fueron ni siquiera a la reelección y tres no completaron los cuatro años. Para el proyecto de cambio de abajo hacia arriba, creo que a mi institución le va a venir muy bien a los cuatro años refrendarlo o no, porque tampoco sé si cuando llegue ese momento estaré en la edad de jubilación o no.
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