patrimonio
El cenador de Carlos V del Alcázar de Sevilla está sobre los restos de un gran palacio de recreo almohade del siglo XII
Se descarta al menos tras los sondeos arqueológicos una función funeraria
Hallan restos de un palacio islámico en el Cenador de Carlos V del Alcázar de Sevilla
Sevilla
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Iniciar sesiónEl Cenador de Carlos V, cuyos trabajos de restauración han dado comienzo este verano con unas catas arqueológicas, se asienta sobre los restos de un antiguo palacio, de mayores dimensiones que la construcción renacentista, que tuvo una función recreativa. Esta ... es la principal conclusión a los que han llegado estos trabajos, que descartan por ahora la función funeraria en la zona de en los alrededores de este pabellón del siglo XVI, construido con motivo de la boda de Carlos V con Isabel de Portugal.
Los primeros resultados de estas dos catas arqueológicas, realizadas durante veinte días de este verano, se hicieron públicos este lunes en el Real Alcázar, en un acto que presidió el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz; el alcaide del monumento, Andrés Luque; la gerente, Ana Jáuregui; y el director de los trabajos arqueológicos, Miguel Ángel Tabales. «Esta información es un hito importantísimo para conocer la historia del Real Alcázar«, hizo hincapié Sanz.
El director del estudio arqueológico afirma que los restos encontrados son de un edificio almohade de finales del siglo XII o principios del XIII con una función recreativa y que arroja datos muy importantes sobre los jardines del monumento en la época musulmana, de la que apenas se sabía nada. «Se trata de un edificio almohade pleno», señaló Tabales, de mayores dimensiones que el cenador.
El edificio tendría, según el arqueólogo, cuatro grandes arcos y unos niveles fundacionales a dos metros de profundidad respecto al inmueble renacentista. «Sería una gran qubba más esbelta que el actual cenador«, que se abriría hacie el sur a »algún tipo de galería y también a un sofisticado sistema de estanques y albercas«.
El complejo se inundó al poco de ser construido, señala Tabales, en una gran riada, lo que hizo que se subiera la cota del edificio, consolidándose como la cota normal de todos los jardines del palacio. La qubba, además, estaría rodeada de habitaciones, teniendo alguna de ellas, una letrina.
Con estos descubrimientos, que en octubre resumirá el arqueólogo en una ponencia, «las huertas del Real Alcázar comienzan a entrar en la investigación», al obtener datos históricos de antes del siglo XVI, que son muy escasos hasta la fecha. El estudio de estos restos y otros que se puedan encontrar en posteriores estudios arrojarán luz sobre una edificación almohade que «nos permitiría también entender cómo eran los huertos musulmanes del mayor palacio de la época, del que no sabíamos nada«. El catedrático ha comparado el edificio con el Cuarto Real de Santo Domingo y algunos enclaves de Marrakech.
La función funeraria queda, a tenor de estos sondeos, descartada en los alrededores del cenador. Las tumbas islámicas suelen ser «edificios aislados. Al ser la qubba bajo el cenador accesible por todos sus frentes no estamos ante un edificio funerario», señala el arqueólogo.
Las tumbas en otras zonas
Por ese motivo, ha habrá que buscar las tumbas de los reyes musulmanes en otras zonas de los jardines del Real Alcázar. «Todos los alcázares de los reinos de taifas tienen tumbas dentro de los jardines«, explica, »habrá que buscar en otros sitios«.
Las catas arqueológicas se han realizado como trabajo previo a la restauración del Cenador de Carlos V, por lo que no se excavará en otras zonas de esta obra maestra de la arquitectura renacentista. Sí se realizará alguna cata cuando se retire la fuente central de su interior, que hay que sanear, lo que puede arrojar nuevos datos sobre el anterior edificio almohade.
«Aquí lo importante es la restauración del cenador, por lo que no hay intervenciones arqueológicas específicas», señaló Tabales, respecto a los trabajos de la primera fase de esta recuperación, que ya han concluido. En ese sentido, el alcalde de Sevilla se reafirmó el «objetivo» de que la restauración del edificio renacentista esté terminada para 2026, cuando se conmemore el V centenerio de la boda de Carlos V e Isabel de Portugal, para cuyua conmemoración se construyó el cenador.
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