Estos son los síntomas que alertan del cáncer de colon: hazles caso

Detectar a tiempo un cáncer de colon puede ser la clave para evitar que este se extienda inevitablemente. Así, es importante tener en cuenta que existen señales que pueden alertar de un posible tumor en el aparato digestivo. Cambios en las deposiciones, alteraciones en tu cuerpo o dolores extraños son algunos de los síntomas que podría manifestar una persona que sufre esta enfermedad.

Existen tres principales señales que pueden indicar la presencia de un tumor en el colon. La primera de ellas, y la más clara, es un cambio notable en tus deposiciones habituales. La aparición de sangre en las heces ‒puede proceder de la inflamación de vasos sanguíneos (hemorroides) o estar causada por un cáncer colorrectal‒ o cambios en el color de estas, ya sean más brillantes o más oscuras que de costumbre, pueden ser los síntomas más evidentes de que existe un problema en el tracto intestinal.

Además, la forma de estas, duras o líquidas casi de manera constante, también pueden suponer una complicación. Ante este problema, hacerse un chequeo médico puede ser la mejor opción para confirmar o descartar un posible cáncer.

Experimentar dolor o hinchazón en la parte baja del abdomen cuando la tripa se siente llena después de haber comido es otro de los síntomas que puede alertar sobre un posible cáncer de colon.

Por último, sentir el intestino lleno a pesar de haber pasado por el baño previamente, notar una pérdida de peso repentina o sentirse mucho más cansado o mareado de lo habitual son señales a tener en cuenta ante un posible tumor.

Mantener alguno de estos síntomas durante un periodo de tiempo continuado, superior a tres semanas, puede ser un síntoma de alerta, por lo que es importante acudir a una revisión médica con un especialista para descartar complicaciones.

Aunque las causas del cáncer de colon no se conocen, sí que existen factores de riesgo que están asociados a la formación de este tipo de tumores, especialmente entre los mayores de 50 años. La mayoría están relacionados con una alimentación poco saludable, sobrepeso, hábitos de vida sedentaria, adicción al tabaco o el consumo de demasiado alcohol.