La viagra también reduce el riesgo de sufrir un nuevo ataque cardíaco

La impotencia puede ser una señal de alerta de enfermedad cardiovascular en los hombres sanos y se trata localmente con alprostadil, un fármaco que dilata los vasos sanguíneos para que el pene mantenga su rigidez, o con los inhibidores de la PDE5, como Viagra o Cialis, que se toman de forma oral antes de tener relaciones sexuales, inhibiendo la enzima fosfodiesterasa5 (PDE5) para aumentar el flujo sanguíneo en el miembro viril.

Debido a que los inhibidores de la PDE5 disminuyen la tensión arterial, estos medicamentos no se recomendaban en hombres con enfermedad de las arterias coronarias por el riesgo de ataque cardíaco.

Sin embargo, en 2017 se demostró que los hombres que han tenido un ataque cardíaco toleran bien el fármaco y que, incluso, prolonga la esperanza de vida y protege contra nuevos infartos e insuficiencia cardíaca.

En este nuevo estudio realizado en el Instituto Karolinska (Suecia), los investigadores buscaron comparar el efecto del alprostadil y los inhibidores de la PDE5 en hombres con enfermedad arterial coronaria estable.

Los pacientes se había sometido, tras haber sufrido un infarto, a alguna de estas terapias: dilatación con balón o una cirugía de derivación de la arteria coronaria al menos seis meses antes del inicio del tratamiento para la disfunción eréctil.

«El riesgo de un nuevo ataque cardíaco es mayor durante los primeros seis meses, después de lo cual consideramos que la enfermedad de las arterias coronarias es estable», explica el autor principal, Martin Holzmann.

El estudio incluyó a 16.500 hombres tratados con inhibidores de la PDE5 y a 2.000 que recibieron alprostadil. Los datos se obtuvieron de los registros de pacientes, fármacos y causas de muerte.

Los resultados muestran que los hombres que recibieron inhibidores de la PDE5 vivieron más tiempo y tuvieron un menor riesgo de sufrir un nuevo ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca, o la necesidad de una nueva intervención quirúrgica -dilatación con balón y cirugía de bypass- que los que recibieron alprostadil.

Según los investigadores, la protección dependía de la dosis, por lo que cuanto más frecuente era la dosis de inhibidor de la PDE5, menor era el riesgo.

Los datos, apunta Holzmann, «sugiere que existe una relación causal, pero un estudio de estas características no puede responder a esa pregunta».

El coordinador reconoce que «es posible que los que recibieron inhibidores de la PDE5 estuvieran en mejor estado de salud que los que tomaban alprostadil y, por lo tanto, tuvieran un riesgo menor . Para determinar si es el fármaco que reduce el riesgo, tendríamos que asignar pacientes al azar a dos grupos, uno que toma PDE5 y uno que no. Los resultados que tenemos ahora nos dan una muy buena razón para embarcarnos en un estudio de este tipo».

El estudio deja un mensaje para aquellas personas mayores que se resisten a hablar de esto problemas con sus médicos. «Los problemas de potencia son comunes en los hombres mayores y nuestro estudio muestra además que los inhibidores de la PDE5 pueden proteger contra los ataques cardíacos y prolongar la vida», concluye Holzmann.