La otra pandemia del siglo XXI: la obesidad

Son datos de una encuesta realizada por la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) que también deja un dato preocupante: aumentan los hábitos que favorecen la aparición, desarrollo y mantenimiento de la obesidad y, a pesar de su interés mayoritario por bajar de peso, habitualmente adoptan medidas poco efectivas y no controladas por profesionales sanitarios.

La falta de ejercicio, el picoteo provocado por ansiedad y la mala alimentación son, por este orden, las principales razones declaradas para explicar el exceso de peso. Con todo, según llama la atención el presidente de SEEDO, «más de 1 de cada 3 jóvenes con sobrepeso u obesidad afirman tener un padre o una madre con exceso de peso , pero también está aumentada la prevalencia de obesos en su entorno de amigos y en las parejas, todo este que advierte tanto sobre la posible influencia genética como de los hábitos de vida y alimenticios compartidos con familia y amigos».

Y la pandemia de Covid-19, con lo que eso ha supuesto de teletrabajo y clases virtuales no ha ayudado, señala Susana Monereo, de SEEDO. «Se ha reducido mucho la actividad física y muchos jóvenes han perdido masa muscular», apunta.

En general, según Monereo, «los hábitos de vida y salud de los jóvenes que viven en España son muy mejorables», y este mal hábito está más extendido entre los hombres que en las mujeres (67% vs 55%)

Pero es que, además, tan solo el 16,5% de los jóvenes realiza deporte a diario y el 24,9% no lo practica nunca, porcentaje que aumenta hasta el 35,2% entre aquellos con sobrepeso/obesidad. Y más de una tercera parte (38,5%) de los jóvenes está más de 6 horas al día delante de una pantalla, un porcentaje que se eleva en 4 puntos más entre aquellos con sobrepeso u obesidad.

«Hay que ordenar mejor la vida –señala la experta- para no estar todo el día sentado delante de una pantalla.

En la encuesta han participado un millar de jóvenes y ofrece una fotografía del alcance que tiene el problema del sobrepeso u obesidad entre la población de 16 a 30 años que vive en España, reflejando importantes déficits y áreas de mejora.

Tal y como señala Susana Monereo, «hemos constatado que un 24,7% de los jóvenes de 16 a 30 años tiene sobrepeso u obesidad, registrándose en toda la muestra un IMC medio de 23,18 (se considera peso normal un IMC entre 18,5 y 25). Por otro lado, el 7,9% tiene un IMC insuficiente».

Por tramos de edad, se observa que los jóvenes que tienen un IMC medio superior son los que se encuentran en el rango de edad de los 25-30 años. La obesidad o sobrepeso aumentan con la edad, alcanzando el máximo entre los 25 y los 30 años, con un 34,6%.

No se aprecian diferencias relevantes en el IMC medio atendiendo al género. «Ser hombre o mujer no influye en el IMC medio; sin embargo, la falta de peso es más frecuente entre las mujeres: un 11,6% de las mujeres vs un 4,4% de los hombres jóvenes tienen un IMC insuficiente», apunta el presidente de SEEDO, Francisco Tinahones.

Respecto a la percepción que tienen los jóvenes españoles sobre el peso, este informe muestra que hasta el 80% de ellos asumen que el exceso de peso es una enfermedad . Un 28,6% de los jóvenes considera que tiene exceso de peso, porcentaje que asciende al 73,1% entre los que tienen obesidad o sobrepeso. Según comenta Tinahones, «este dato contrasta con estudios anteriores en población general donde solo un 20% de los obesos se reconocía como tal ». La mayoría de los obesos admite que empezaron a subir de peso en la adolescencia.

Otro aspecto relevante que se subraya a partir de este informe es que el 88,8% de los jóvenes que creen tener exceso de peso reconoce que esto condiciona su vida, llevándolo a sentirse acomplejado o incluso rechazado.

El 70,6% de los jóvenes ha intentado perder peso (más las mujeres que los hombres -un 78,2% vs 63,4%-), porcentaje que se eleva hasta el 90,3% entre los que tienen sobrepeso/obesidad. Entre los jóvenes con un IMC insuficiente, el 39,3% ha procurado adelgazar (la mayoría de ellos, más de una vez).

Sin embargo, esta encuesta revela que estos intentos de controlar el peso se han llevado a cabo generalmente sin la orientación de un profesional, «lo cual es una imprudencia y, casi siempre, supone una garantía de fracaso», asegura Tinahones.

De hecho, en este trabajo se aprecia que, al intentar adelgazar, la mayoría lo ha hecho por su cuenta y que solo un 14,8% de los jóvenes con sobrepeso/obesidad ha recurrido a un médico y un 36,8% a un nutricionista, mientras que el 50,1% ha seguido una dieta de Internet.

El experto también ha reclamado un etiquetado frontal sencillo para que el consumidor sepa determinar qué producto es más sano y cuál es el menos sano. «Tengo mis dudas con Nutriescore –señala Tinahones-. Hay que ver cuál es el que mejor se adecúa al consumidor español».