La obesidad es salud a partir de los 80 años

Los hallazgos sugieren que las recomendaciones de salud pública en cuanto al peso óptimos pueden necesitar una revisión al alza en este grupo de edad.

Sin embargo, los autores reconocen que se necesitan más estudios que involucren a personas de diferentes localizaciones y etnias.

Los efectos de los cambios relacionados con la edad en el índice de masa corporal (IMC) sobre la salud no se conocen bien. Hay cierta evidencia de la ‘paradoja de la obesidad ’ en adultos mayores de 65 años, en la que aquellos con un IMC en el rango de sobrepeso a obesidad leve tienden a tener mejor salud y una mortalidad más bajas que sus contrapartes más delgadas.

Sin embargo, las recomendaciones sobre el IMC se han establecido sobre la base de estudios epidemiológicos a gran escala llevado a cabo sobre la población general que tienden a representar de manera deficiente a las personas mayores, y en particular a las personas con 80 años o más.

Para comprender mejor la relación entre el IMC, los resultados de salud y la mortalidad en adultos mayores, Xiaoming Shi y sus colegas de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Beijing (China), analizaron los datos recopilados de 27.026 personas (edad promedio de 92,7 años) en su novena década o más (80 años o más), a quienes se les dio seguimiento durante hasta 20 años como parte de un estudio observacional en China.

Los autores revelan que en este grupo de edad, el riesgo de mortalidad, en particular por trastornos no cardiovasculares, disminuyó al aumentar los valores del IMC y que el IMC óptimo se situó en el rango de sobrepeso a obesidad leve.

Además, se observó una relación similar para la circunferencia de la cintura, que es un indicador de la acumulación de grasa abdominal .

Los autores concluyen que estos hallazgos respaldan la existencia de una paradoja de la obesidad en los ancianos, al menos en China, lo que sugiere que las recomendaciones de salud pública sobre cuál es el IMC óptimo pueden no ser apropiadas para este sector de la población.

En un editorial, Jean Woo, de la Universidad China de Hong Kong , señala que el estudio contribuye a la evidencia disponible para guiar los enfoques de salud pública para el envejecimiento saludable que tienen como objetivo optimizar la función, no solo tratar o prevenir enfermedades crónicas.

En el futuro, afirma, « es posible que la composición corporal sea más relevante que el IMC en la predicción de los resultados de salud , ya que considera el músculo y masa grasa por separado».

En este sentido, añade Woo, los programas de reducción de peso podrían adaptarse a la pérdida de masa grasa evitando la pérdida de masa muscular.

Y concluye: «un futuro mensaje de salud pública también puede que sea que a medida que uno envejece, tener sobrepeso (usando los criterios generales del adulto) puede no ser perjudicial para la salud siempre que el ejercicio (resistencia y cardiorrespiratorio) sea una parte integral de los esfuerzos para lograr un estilo de vida saludable».