El truco casero para evitar la condensación en las ventanas en días de lluvia: se hace con un producto que todos tenemos en casa

Esas gotitas que aparecen por dentro de los cristales de nuestras ventanas a veces, siendo una cantidad considerable de agua, se producen cuando nuestros cristales se empañan. Esto es debido que el aire caliente y húmedo de dentro de una casa choca con el cristal frío que está en contacto con el exterior frío y lluvioso y, al entrar en contacto ambos, se produce la condensación del aire y aparecen esas gotas de agua tan molestas.

Aunque en muchos casos esto se puede solucionar ventilando la habitación, ajustando la temperatura o eligiendo unas ventanas de muy alta calidad, existe un truco casero con el que puedes remediar la condensación en las ventanas de manera eficiente y barata, ya que solo se necesitan cosas que tenemos en casa.

Si estás harto de tener que limpiar las ventanas todas las mañanas porque tus cristales se han empañado y están llenos de agua, te proponemos un truco muy fácil de aplicar y con solo un producto de uso habitual.

El remedio no es otro que poner un recipiente con sal, más o menos hasta la mitad, y colocarlo en el alféizar de la ventana. La sal que todos tenemos en casa ayuda a atrapar el exceso de humedad en casa y, al colocarlo cerca de la ventana, evitará que se forme tanta condensación o, al menos, la reducirá notablemente. Esto es devido a que la sal tiene propiedades higroscópicas que retienen moléculas de agua del aire circundante.

Si no cuentas con un alféizar o base bajo la ventana en la que poner un recipiente con abundante sal, también puedes utilizar una bolsita de rafia o de malla, por las que el aire circule, para colocar la sal, y colgarla del tirador de la ventana o colocarla lo más cerca posible. En el siguiente vídeo de TikTok puedes ver un ejemplo de cómo hacerlo:

Para que el truco funcione, deberás observar de vez en cuando el estado de la sal, ya que cuando esta esté muy húmeda o algo compacta significará que ya no puede absorver más sal. Cuando esto ocurra habrá llegado el momento de cambiarla por sal nueva que esté seca, un producto barato que todos tenemos en casa y que tiene un precio muy bajo en cualquier supermercado.