Una mujer se somete durante dos años a un tratamiento contra el cáncer y descubre que fue un error de diagnóstico
La paciente tuvo que enfrentarse a varios tratamientos invasivos y cirugías, incluso llegó a congelar sus óvulos
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Madrid
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Iniciar sesiónLa confianza en la capacidad de los profesionales de la salud para diagnosticar con precisión es fundamental para el bienestar de los pacientes. Sin embargo, en la complejidad del mundo médico, los errores médicos son una realidad angustiante que destaca la necesidad de ... examinar y mejorar los estándares diagnósticos en la atención médica. En ese sentido, Megan Royle, una residente de Beverly, Reino Unido, ha vivido una pesadilla que pocos podrían imaginar. Durante casi dos años, se enfrentó a tratamientos invasivos, cirugías y preocupaciones sobre su fertilidad, todo debido a un diagnóstico erróneo de cáncer.
Un diagnóstico equivocado
La odisea de Megan comenzó en septiembre de 2019, cuando su médico de cabecera la remitió a una revisión dermatológica en el Chelsea & Westminster Hospital por un lunar en su brazo derecho que experimentaba cambios preocupantes. Tras una biopsia, le informaron que tenía melanoma, un tipo de cáncer de piel, una noticia que marcaría el inicio de un largo y doloroso camino.
Posteriormente, la derivaron a la unidad especializada de cáncer del Royal Marsden Hospital, donde confirmaron el diagnóstico. Por lo que fue sometida a una escisión local de tejido y nueve ciclos de tratamiento entre febrero de 2020 y mayo de 2021, en lo que Megan creía que era una batalla contra el cáncer.
La verdad emergente
Sin embargo, la realidad salió a la luz en 2021 cuando Megan se mudó al norte, y su tratamiento se transfirió a otro fideicomiso. Durante una revisión de sus registros, se descubrió que el diagnóstico original había sido un error. La noticia golpeó a Megan dejándola en «completo shock». Se enfrentaba a la realidad de que dos años de su vida, marcados por el dolor y la incertidumbre, se basaron en una equivocación médica.
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Megan compartió su experiencia, expresando su incredulidad: «Realmente no se puede creer que algo así pueda suceder y hasta el día de hoy no he tenido una explicación de cómo y por qué sucedió. Pasé dos años creyendo que tenía cáncer, pasé por todos los tratamientos y luego me dijeron que no había ningún cáncer».
Asimismo, Megan, inicialmente dispuesta a afrontar los tratamientos y cirugías, se encontró luchando contra unas emociones que no había sentido nunca. «Cuando me dijeron por primera vez que tenía cáncer y que necesitaba cirugía para extirparlo y un tratamiento que podría afectar mi fertilidad, mi actitud fue simplemente decir sí, hagamos lo que tenemos que hacer. No estaba pensando en tener hijos en ese momento, pero tener hijos siempre fue algo que planeé para más adelante en la vida, por lo que conservar óvulos fue algo que no dudé en hacer. En general, lo entendí bastante rápido, por difícil que fuera. Sin embargo, dos años después, después de haberme sometido al tratamiento y haber vivido con la preocupación, me resultó difícil saber que nunca había tenido cáncer. Para ser honesto, no estuve en un buen lugar durante bastante tiempo, por extraño que parezca. Mirándolo ahora en retrospectiva, casi siento que no fui yo. Actualmente no tengo una relación y viajo por motivos de trabajo, por lo que formar una familia no está en mi agenda. Me dijeron que mi fertilidad podría verse afectada hasta cinco años después del tratamiento», expresó.
El juicio y la sentencia
Tras una representación legal de Hudgell Solicitors, Megan recibió una compensación acordada extrajudicialmente de Royal Marsden NHS Foundation Trust y Imperial College Healthcare NHS Trust. Matthew Gascoyne, el abogado asociado que la representó, destacó la naturaleza inusual del caso y el impacto significativo en la salud mental de Megan. «Si no se hubiera mudado, es posible que todavía se encontrara en una situación en la que creía que estaba en remisión y que el cáncer podría regresar», expresó Gascoyne.
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