El millonario José Elías revela el error más común entre quienes deciden abrir un negocio: «Se veía venir»
No basta con tener una buena idea o con soñar a lo grande, también hace falta medir los riesgos, calcular cada paso y estar preparado para lo inesperado
El millonario José Elías, tajante con el sistema educativo en España: «Si mis hijos sacan más de un 7 en el colegio, me cabreo»
Sigue en directo el sorteo del Mundial 2026 y conoce los rivales de España en el campeonato, los grupos, los cruces y los emparejamientos
Emprender nunca ha sido una tarea sencilla. Quien decide iniciar un negocio debe enfrentarse a un sinfín de obstáculos: burocracia, competencia, incertidumbre económica y, sobre todo, la necesidad de mantener a flote un proyecto que exige tiempo, esfuerzo y, en la mayoría de ... los casos, una inversión considerable. No basta con tener una buena idea o con soñar a lo grande, también hace falta medir los riesgos, calcular cada paso y estar preparado para lo inesperado. Y es precisamente en este equilibrio entre ilusión y realismo donde muchos emprendedores encuentran sus mayores dificultades. En ese sentido, el millonario español José Elías, conocido tanto por su éxito empresarial como por su presencia en redes sociales, ha decidido dar su visión sobre el asunto. En una entrevista reciente, el empresario ha señalado lo que, a su juicio, constituye el error más común entre quienes deciden abrir un negocio en nuestro país.
Un enemigo silencioso
El empresario sostiene que el entusiasmo desmedido puede convertirse en la ruina de los proyectos incipientes. «Sobre todo los novatos no son muy conscientes de que todo lo que inviertes tiene que tener una contrapartida de ingreso, ¿sabes?», subraya, insistiendo en que la euforia inicial suele nublar la visión objetiva.
Para ilustrar su argumento, recurre a un ejemplo cercano y reconocible. «Y muchas veces dices, bueno, yo monto un bar. Y el tío se monta un bar por todo lo alto, de puta madre, con piñas colgadas del techo, ¿sabes?, que le ha costado cada piña no sé qué, y luego vende tres croquetas». La metáfora, aunque cargada de ironía, refleja una realidad que muchos pequeños empresarios conocen bien: invertir sin medir la rentabilidad real puede terminar en desastre. «Y dices, chico, se veía venir que te ibas a dar una hostia, ¿sabes?», añade el millonario, remarcando la importancia de mantener los pies en la tierra antes de lanzarse al mercado.
Un aspecto clave en cualquier negocio
Más allá de la ilusión, el experto en negocios recalca otro de los grandes retos a los que suelen enfrentarse los emprendedores: el control financiero. «Entonces yo creo que el problema viene más por la gestión de caja y por el exceso de optimismo», explica, dejando claro que no se trata únicamente de tener capital, sino de saber administrarlo con inteligencia.
En este sentido, advierte que muchos pequeños empresarios se lanzan a abrir negocios físicos sin tener en cuenta los costes y las limitaciones reales. «O sea, que tú ahora te pongas a hacerlo todo, ¿no? Lo físico, el no sé qué, te coges una tienda, no sé qué, no levanto, y de repente estás allí sentado los cuatro meses y no te ha llamado ni Peter».
Su crítica va dirigida a la falta de planificación estratégica y a la idea equivocada de que un local lleno de detalles o con una estética cuidada garantiza automáticamente el éxito. Para el millonario, la clave está en entender que cada inversión debe estar respaldada por un plan sólido de ingresos y que el simple acto de 'abrir las puertas' no asegura clientela.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete