Una joven que se acaba de mudar a Madrid destaca cuál es la principal diferencia con Barcelona: «En una semana...»

Esto es lo que ha comprobado Nuria, una joven que, como cuenta en un vídeo subido a su cuenta de TikTok el pasado viernes, se acaba de mudar a Madrid. La joven explica que durante los últimos seis años de su vida ha vivido en Barcelona y destaca una gran diferencia entre ambas.

Tiene que ver con el FOMO (Fear of missing out, por sus siglas en inglés), o lo que es lo mismo, estar ausente. «Nunca tengo FOMO, me da igual que mis amigos se lo pasen muy bien porque nos lo pasaremos muy bien la siguiente vez que salgamos», señala.

Sin embargo, ese sentimiento puede llegar a cambiar en el caso de Madrid, según su experiencia. Relata que antes, en Barcelona, podía ir dos semanas y no observaba cambios significativos.

«Me voy de Madrid una semana, les pregunto a mis amigos qué ha pasado y me dicen 'nada, de tranquis, nos encontramos a Quevedo en una discoteca y luego nos invitó a su casa», cuenta con humor. En esta línea afirma que todo es posible que haya pasado en una semana: «Salimos, empezamos a hablar con los de la mesa de al lado, nos caímos muy bien y hemos decido que mañana nos vamos con ellos a Tailandia», pone como otro ejemplo, siempre exagerados para hacer una idea de lo que puede ocurrir en los periodos de ausencia.

«En una semana pasan todas estas cosas. Seis meses en Madrid equivale a 10 años de vida», afirma. De hecho, explica que no volverá a la capital hasta el próximo 2 de enero y está convencida que en ese periodo de tiempo sus amigos «habrán tenido novio, uno lo habrá dejado y ahora estará fuera y otro se habrá casado mientras he estado fuera».

«Lo estoy pasando mal y yo nunca lo había pasado mal jamás», termina con resignación. En la descripción del vídeo asegura que «el FOMO en Madrid se vive mil veces más».

El vídeo se ha hecho viral en poco tiempo y ha cosechado cientos de comentarios. Entre ellos, muchas personas le dan la razón por esta diferencia entre ambas ciudades.

«Por eso nos llaman gatos, porque tenemos siete vidas», resalta una usuaria. «Tan real», comenta otro. También están quienes apostillan que a partir de los 30 la vida se puede volver más monónona y quienes apuntan a que depende también de las posibilidades económicas que tenga cada uno.