Un hombre descubre un fallo en un cajero automático y logra estafar 1,6 millones de dólares
El sistema estaba desconectado de madrugada y él aprovechó para extraer más de millón y medio de dólares, que invirtió en viajes, restaurantes y fiestas
P. A.
Era una historia feliz sin posible buen final. Cuando Dan Saunders, un camarero australiano, descubrió que podía sacar de su cajero automático tanto dinero como quisiese, creyó encontrar una mina de oro, aunque supo desde el principio que aquello terminaría mal.
Saunders llegó a ... extraer 1,6 millones de dólares australianos, el equivalente a 1,06 millones de euros, una estratosférica cantidad que rápidamente gastó en fiestas, restaurantes y viajes por todo el mundo durante cuatro trepidantes meses. Su historia, que terminó con una desfavorable sentencia judicial en 2015, será llevada al cine, aunque este hombre de 29 años no está especialmente orgulloso de lo ocurrido, viéndolo con perspectiva; de hecho, ha tenido que hacer terapia para superar la culpabilidad.
Cómo logró engañar al sistema bancario
Todo cambió una noche cualquiera, en la que quiso sacar dinero para salir con unos amigos; «Transferí 200 dólares de mi cuenta de crédito a mis ahorros, pero el cajero canceló la transacción y rechazó mi tarjeta. Me pareció extraño, así que intenté sacar 200 dólares de mi cuenta de ahorros para ver qué pasaba, y funcionó», explica en una entrevista con 'Vice'.
Al rato, Saunders decidió comprobar hasta qué punto podía llegar aquel descubrimiento, y volvió a repetir la operación, de nuevo obteniendo 200 euros. Fue subiendo la cantidad de dinero con la que probaba, y, asombrado, descubrió que no había límite. El cajero estaba desconectado del sistema durante un par de horas, entre la una y las tres de la madrugada, y él aprovechó para extraer, a lo largo de varias semanas, un total de 1,6 millones de dólares.
«La transferencia de la noche la realizaba y después la invertía al día siguiente. Pero si me adelantaba a esa reversión haciendo otra transferencia podía engañar al sistema haciéndole creer que tenía millones en mi cuenta», recuerda.
Una pesadilla provocó que se entregase
Durante cuatro meses vivió una vida de fantasía, pero siempre con la convicción, cual espada de Damocles, de que en cualquier momento aquello terminaría con fatales consecuencias.
Una noche tuvo una pesadilla en la que descubrían su secreto y era castigado por la policía, y al despertarse, temeroso por continuar con el engaño, decidió reconocerlo y hacerlo público. Así, confesó su delito al banco, que le advirtió de las consecuencias legales, pero hasta dos años después, en 2015, la policía no contactó con él.
Fue entonces cuando le sentenciaron a un año de prisión por robo y fraude, pero acabó siendo liberado con una orden correccional comunitaria de año y medio. Tras este episodio, Saunders ha acudido a terapia para curar la ansiedad y el sentimiento de culpa que ha sufrido por su delito.
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