Condenan a cadena perpetua a la mujer adicta los 'true crime' que mató y descuartizó a una extraña «por curiosidad»

Ella es Jung Yoo-jung, una joven de 23 años aficionada a los 'true crime' hasta el punto de que estaba obsesionada con las historias y series basadas en crímenes reales. Por todo ello acabó planificando su crimen a la perfección: dedicó tiempo a decidir quién sería su víctima y fingió ser una adolescente para cuadrar a la perfección su plan.

La Fiscalía llegó a pedir pena de muerte para la joven, algo reservado para los peores casos que vive el país (y que de hecho no se ha llevado a cabo desde 1997), y ahora, un tribunal de Corea del Sur la acaba de condenar a cadena perpetua. El caso, además, ha conmocionado al país.

Su macabra idea no fue algo de un día para otro. Según explican medios locales, la mujer estuvo durante meses buscando posibles víctimas al azar y llegó incluso a contactar con una cincuentena de personas, sobre todo mujeres, antes de elegir a su víctima. Lo hizo a través de una aplicación que sirve para poner en contacto a profesores con alumnos.

Su plan era conseguir a alguien que pudiera ofrecer clases en su casa y acabó decidiéndose por una joven de 26 años que vivía en la ciudad de Busan. Ella aparentó ser la madre de la alumna y quedaron un día de mayo: ese día, Jung acudió a su domicilio fingiendo que era una estudiante de secundaria que necesitaba reforzar su inglés. Iba incluso con un uniforme escolar, que había comprado por Internet, para que todo fuera más real.

La ejecución macabra fue rápida. Según consta en los escritos del juez, nada más entrar al domicilio de la profesora la atacó y apuñaló. Le clavó más de un centenar de cuchillazos y el crimen no acabó aquí: descuartizó el cuerpo y lo metió en una maleta, que luego abandonó en un parque.

Para deshacerse de los restos, pidió un taxi y su chófer fue clave para destapar el crimen. Y es que a él le extrañaron los movimientos de su clienta, así como los restos de sangre que vio en el equipaje, y avisó a la policía, que rápidamente detectaron el suceso y pudieron detenerla. Además de confirmar que durante meses había estado seleccionando su víctima, la policía también vio que había estado estudiando cómo deshacerse de un cadáver sin dejar rastro.

El juicio, que se celebró en junio, puso en evidencia algo que a la Fiscalía le sorprendió: para ser tan aficionada a los 'true crime', Jung no fue muy cuidadosa con las pruebas que dejaba. Un buen ejemplo es que las cámaras de seguridad próximas a la casa de la víctima la grabaron o que en su ordenador se encontraron búsquedas delatadoras.

Ella confesó los hechos e intentó alegar alucinaciones y trastornos mentales. En otro momento llegó a asegurar que ella no mató a la víctima y que solo movió el cuerpo y también dijo, en otra declaración, que ambas habían discutido. Ninguna de sus excusas fue válida porque existían pruebas de que el crimen estuvo muy planificado. Al final acabó confesando que tenía un gran interés por cometer un asesinato a raíz de los programas de televisión y contenidos policiales a los que estaba viciada.