El ciudadano, ni corto ni perezoso, les confesó que se le estaba negando la entrada porque llevaba una bolsita de plástco transparente con un polvo blanco... que no era otra cosa que cocaína.
Ya sólo la confesión, con esa sinceridad y normalidad, dejó estupefactos a los agentes, pero lo más estrambótico llegó después.
«De cámara oculta»
El hombre les pidió a los policías que le guardaran la bolsa a ver si así sí que se le permitía la entrada a la discoteca. «Anécdota real de esas en las que buscas la cámara oculta», escribieron los agentes en la página de Facebook del cuerpo.
«Efectivamente, el muchacho, tras recibir la negativa a entrar volvió a los compañeros y requirió amablemente que se le devolviese su bolsita con su polvo blanco. No hombre no..., lo que se da no se quita: denunciado por tenencia de estupefacientes y envío de la sustancia al Instituto de Toxicología», detalla la Policía Local de Chipiona.
Ahora, el hombre, que se marchó detenido, se enfrenta a una multa de entre 601 y 30.000 euros.
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