Hazte premium Hazte premium

Facebook

La carta de una madre sobre el llanto de su hijo que conmueve a Facebook

Su mensaje de respuesta a quienes le criticaron por consolar al pequeño se ha hecho viral

BITACORAS

«Los chicos no lloran», dice la canción que Miguel Bosé popularizó a principios de los 90, convertida en todo un clásico del pop español casi tres décadas después. Claro que la realidad es muy distinta: chicos y chicas, niños y niñas, hombres y mujeres... todos necesitan llorar en algún momento . El problema es que en algunas ocasiones, en determinados contextos, hay una especie de presión social para mantener ocultos ese tipo de sentimientos . A esas situaciones ha querido referirse una madre llamada Jaime Primak Sullivan, en un post publicado hace tres días en su página de Facebook que se ha hecho viral.

Jaime habla de lo sucedido durante un partido de baloncesto infantil en el que tomaba parte su hijo Max, de tan sólo 8 años . El pequeño requirió el consuelo de su madre después de recibir un balonazo en la cara, amparo que ella le ofreció de inmediato. Sin embargo, algunos de los padres presentes en el polideportivo consideraron oportuno recriminarle su actitud al asistir a su hijo . Afectada por los reproches, decidió manifestar su opinión en Facebook. Más de 3.000 personas han compartido su mensaje y más de 15.000 han hecho clic en «Me gusta». Lo reproducimos a continuación, traducido al castellano:

«El sábado pasado mi hijo Max, de 8 años, jugó un partido de baloncesto en su escuela. En cierto momento recibió un balonazo accidental en la cara. Lo vi como si sucediese a cámara lenta. Vi cómo sus ojos se abrían y luego se entrecerraban por el dolor. Miró a su alrededor. Sabía que me estaba buscando. 'Max ha recibido un golpe en la cara', le dije a mi esposo cuando instintivamente salté de las gradas. En ese instante, vi cómo Max comenzaba a correr hacia mí, comenzando a llorar silenciosamente . No era capaz de recuperar el aliento. Yo no podía correr lo suficientemente rápido hacia él.

En cuanto como llegué a donde estaba, me arrodillé. 'Toma aire', le dije. Inclinó la cabeza hacia atrás. 'Respira, Max, todo está bien'. Finalmente tomó aliento y yo lo abracé mientras lloraba sobre mi hombro. Escuché una voz detrás de mí. 'Tienes que dejar de tratar a ese chico como un bebé' , dijo. Se grabó en mi mente, pero quise mantenerme concentrada en Max. Limpié su cara y enjugué sus lágrimas. En cuanto estuve segura de que estaba bien, lo envié de vuelta a la pista y se sumó a sus compañeros en el banquillo.

Volví a subir a las gradas. Mis manos estaban temblando. Estaba tan enfadada... Lo estuve durante todo el camino a casa. Mi marido sentenció: '¿A quién le importa lo que ellos piensen?'.

Esa idea de que los niños nunca pueden sentir dolor , de que no pueden sentir, es perjudicial para ellos a largo plazo. Esa creencia de que cualquier signo o gesto de aflicción disminuirá de alguna manera su hombría, esa presión para 'convertirse en hombres', los persigue hasta la edad adulta; y entonces sufren para experimentar plenamente el amor y el afecto. La única emoción que aprenden a expresar sanamente es la felicidad. Y luego nos preguntamos por qué están siempre persiguiéndola.

Se les enseña que la tristeza es debilidad, que hablar de sus miedos o de defectos les hace menos hombres . No lloran adecuadamente. Tienen miedo de llorar. Eso les afecta como maridos y como padres; y lo odio.

Amar es un verbo. Es algo que haces. No es lo mismo que tratar como un bebé, mimar o malcriar. Es algo que mi hijo merece . Siempre lo amaré cuando esté sufriendo y mi oración por él es para que siempre está abierto a recibir amor, para poder amar a cambio y mantener ese ciclo en marcha».

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación