El fichaje de James Rodríguez es una buena operación deportiva pero también geoestratégica, pues el Real Madrid se posiciona en el mercado iberoamericano, ahora dominado por el Barça
Se ha convertido en una broma recurrente. Cada vez que hay algún fichaje de relumbrón, se asegura que el protagonista del traspaso era «desde pequeño» seguidor del equipo que le acaba de contratar. En el caso de James Rodríguez , parece que es cierto, que ... el chaval soñaba con vestir la camiseta del Real Madrid . ¿Y quién no? Lo que sí está claro es que el colombiano nació para ser fichado por Florentino Pérez.
Ya lo escribía aquí hace veinte días , cuando su incorporación al Real Madrid se vislumbraba aún lejana: «James es sin duda el jugador más del perfil del presidente blanco, coleccionista de ese tipo de futbolistas a los que se les pone la etiqueta de diferentes. James es diferente. Como lo son Cristiano y Bale. Como lo era Zidane». Y discúlpenme por continuar con la autocita: «A una marca como el Madrid -remataba el artículo- le viene bien que James siga marcando goles, que se convierta en un astro mundial. Para seguir alimentando la máquina, hacen falta jugadores como James».
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